El centro de identificación y expulsión de inmigrantes de la isla italiana de Lampedusa terminó ayer en llamas tras los inci- dentes derivados de la intervención policial, que se enfrentó a un centenar de «sin papeles» que protestaban por la repatriación de un centenar de ellos.

Según medios locales, la tensión que se registra en el centro desde hace unos días estalló ayer después de que cerca de 300 tunecinos iniciaran la víspera una huelga de hambre en protesta por el traslado de 107 compatriotas a Roma para ser repatriados.

Las protestas derivaron en un incendio del que la Policía responsabiliza a un grupo de inmigrantes y que destruyó prácticamente uno de los tres pabello- nes. Los agentes utilizaron gases lacrimógenos y su actuación se saldó con decenas de heridos, algunos con signos de intoxicación por humo.

El alcalde de Lampedusa, Bernardino de Rubeis, responsabilizó al Gobierno de los altercados por cambiar la naturaleza del centro, hasta ahora de primera acogida. Señaló que «los inmigrantes están desesperados y esta mañana se han producido enfrentamientos con la Policía. Sé que se han lanzado gases lacrimógenos y después ha empezado el fuego, posiblemente avivado por los extracomunitarios».