Eibar acogió anoche el mitin más multitudinario de la campaña del PSE hasta el momento, y le quiso dar además una referencia histórica especial, ya que fue allí donde Felipe González dio en 1976 su primer mitin tras la muerte de Franco, en el mismo frontón Astelena. Con ese motivo, Patxi López se hizo acompañar de nuevo del ex presidente español. González tomó la palabra para asegurar que el PNV «perderá las elecciones» y apuntó que esto sería bueno para la formación jeltzale por que se «va a refrescar y así no van a tener que liquidar a gente tan sensata como Josu Jon Imaz». Defendió que el PNV «debe recuperar a gente valiosa y no a la gente que nos mete en aventuras». López por su parte puso todo su afán en negar que vaya a gobernar «desde Madrid».

Juan José Ibarretxe se apoyó en el ejemplo de CiU en el mitin que protagonizó anoche en el Teatro Victoria Eugenia de Donostia. Su dirigente Josep Antoni Duran i Lleida respaldó a los candidatos jeltzales. Como le ocurrió a CiU, Ibarretxe teme que su lista sea la más votada, pero que el PSE le pueda arrebatar Ajuria Enea. Para evitarlo, dirigió su mensajes a los abstencionistas. Ibarretxe pidió que todo el mundo acuda a votar el domingo, «a quien quieran, pero que voten». Reiteró que lo que está en juego es que las decisiones se tomen en Gasteiz y no en Madrid. Iñigo Urkullu, presidente del partido, también instó a los militantes jeltzales a que «no se confíen» y que hagan campañas en sus entornos. El líder del EBB aseguró que no quería «meter miedo», pero sí intentar que los vascos «sean conscientes de lo que puede suceder el 2 de marzo si no conseguimos movilizar el voto que cree en el autogobierno para el desarrollo, para el bienestar».

El invitado, Durán i Lleida, deseó igualmente que el domingo se produzca una participación «masiva» y definió el modelo de Lakua como «exitoso» frente al «fracasado» del PSOE.

En un acto con agentes de la comunidad educativa, Unai Ziarreta afirmó que su mayor «decepción» en la pasada legislatura ha sido la negativa del PNV a apoyar una reforma de modelos lingüísticos en la enseñanza liderada por el Departamento de su compañero de partido, Tontxu Campos. El candidato de EA aseguró que los jeltzales tomaron esa actitud por «cálculo político» y con el objetivo de «tener las manos libres y no tener obstáculos que le dificulten un pacto con el PSE a partir del 2 de marzo». Según afirmó, su partido apuesta por un modelo educativo plurilingüe, que garantice el dominio del euskara, el castellano y el inglés (o el francés), y que tenga a la lengua vasca como el idioma «vehicular principal, aunque no único», según precisó.

EB insiste en tratar de centrar el debate en temas sociales, y sobre todo en la crisis económica y sus efectos. En un acto celebrado en Donostia, su candidato a lehendakari, Javier Madrazo, resaltó que «lo que está en juego no es el modelo de país, sino el modelo económico». Se mostró incómodo también por lo que entiende como un intento conjunto de PSOE y PNV por «polarizar la campaña». Se quejó, en concreto, de que «no puede ser que formaciones como EB tengan en esta partida menos cartas en la mano y más dificultades» para trasladar sus opiniones a los ciudadanos. Javier Madrazo les hizo ver que «Euskadi es una sociedad plural, y ambos intentan anular esa pluralidad presentando estas elecciones como si realmente fueran cosa de dos».

La cabeza de lista de Aralar por Gipuzkoa protagonizó un acto electoral en Intxortako Atea, en Elgeta, donde tuvo lugar una de las batallas más cruentas de la guerra del 36. Desde allí instó a «deslegitimar la violencia» y a «terminar con el sufrimiento que está instalado en esta sociedad desde hace demasiado tiempo». En concreto, planteó que se debe «romper la dinámica de atentados e ilegalizaciones» y alertó de que poner el sufrimiento de unas víctimas por encima del de otras «nos aleja de la paz». Refiriéndose a lo ocurrido la pasada legislatura en el Parlamento de Gasteiz, Ezenarro saludó que se aprobó una Ley de Solidaridad con las Víctimas del Terrorismo que «reconoce a víctimas de todos los grupos armados», pero lamentó que «sigue habiendo quien queda fuera».