Ecologistas en Acción y Diputación de Araba hicieron votos ayer, por separado, para que la recarga de combustible que inició el pasado domingo la central nuclear de Garoña sea la última y su clausura llegue a partir de julio, cuando caduca su permiso de explotación.

El portavoz de la institución alavesa, el teniente de diputado, Claudio Rodríguez, dijo que le «preocupa» que la central haya iniciado la parada de recarga de uranio y recordó que «debe de ser cerrada cuanto antes».

La central está pendiente del informe que emita a partir de julio el Consejo de Seguridad Nuclear. Si es positivo, se trasladará al Gobierno español para que decida una ampliación del periodo de explotación; en caso de ser negativo supondrá el cierre automático de la planta.

Rodríguez aseguró que la Diputación está dispuesta a «liderar la petición de cierre» que han hecho en reiteradas ocasiones las instituciones y la sociedad alavesa, apostillando que «hay una promesa electoral del PSOE incumplida». Por eso, exigió «que se cumpla aquella promesa y los socialistas pongan fecha definitiva al cierre de Garoña», porque se trata de una central «obsoleta» que «plantea dudas de seguridad».

A su vez, Ecologistas en Acción incidió en que «el deterioro de los componentes del núcleo produce vibraciones que pueden ser la causa de fisuras en los elementos combustibles». En su opinión, en otras ocasiones, la central notificó las fisuras, «pero esta vez no ha ocurrido así», según dijeron, argumentando que este es «un momento de necesidad de un buen comportamiento de la instalación para conseguir una prórroga en su funcionamiento».

El colectivo prevé que cuando venza el plazo la instalación, «deteriorada por 39 años de funcionamiento», cierre definitivamente «a no ser que el Gobierno decida una prórroga». Además recordó que José Luis Rodríguez Zapatero «prometió en la campaña electoral de 2004 un calendario de cierre de las nucleares, una promesa que no ha cumplido».

Consideran «irresponsable» plantearse una prórroga, ya que la central se encuentra «muy deteriorada precisamente en la parte más delicada: el núcleo».