Paro en el INEM
El INEM registró a 234 vascos más cada día de febrero
El número de personas registradas en las oficinas del INEM de Hego Euskal Herria continúa aumentando mes a mes y febrero cerró con 6.564 desempleados más que en enero, un 4,5% más, con lo que son ya 153.032 trabajadores los que se encuentran sin empleo en los cuatro herrialdes del sur del país. Las mujeres continúan conformando el colectivo mayoritario en paro y representan el 51,2% de la población desempleada.
GARA | BILBO
El paro encadenó su octava subida en febrero y cerró con 153.032 personas registradas en las oficinas del INEM de Hego Euskal Herria, 6.564 más que en el mes anterior.
El mayor aumento se produjo en Bizkaia, con 3.198 parados más que en enero, con un aumento porcentual del 5,30%. En Gipuzkoa, la subida fue de 1.565 desempleados, un 4,73% más que en enero, mientras que en Araba asciende a 17.506, 797 más que el mes anterior (+4,77%), y en Nafarroa se contabilizaron 37.379 personas, 1.004 más que el mes anterior (+2,76%).
El incremento es espectacular en este herrialde si se analiza la evolución en el último año, ya que el paro crece un 52%. En Araba el aumento del paro en los últimos doce meses es del 48,05%; en Bizkaia del 38,09% y en Gipuzkoa del 35,82%.
Pese a que el paro entre los hombres creció un 5,1% y un 3,9% entre las mujeres, son éstas las que conforman el colectivo mayoritario en desempleo, un 51,2% de la población parada. El paro juvenil aumentó un 6,6% en febrero.
LAB calificó como «muy preocupantes» los datos, que dan muestra de «las duras consecuencias que la crisis está causando en la clase trabajadora». Aseguró que el Gobierno español, «incómodo ante la creciente destrucción de empleo en el conjunto del Estado», ha optado por «dar una de cal y otra de arena». Indicó, así que las «medidas paliativas» que prevé para «reponer hasta un límite de 120 días la prestación por desempleo percibida por los trabajadores afectadas por un ERE temporal en el caso de que sus contratos sean definitivamente rescindidos» puede contribuir a «aliviar en cierta medida la situación económica» de los desempleados, pero consideró «injustificado y completamente desacertado el paquete de medidas dirigido a reducir las cotizaciones empresariales a la Seguridad Social».
Subrayó que la bonificación de las cotizaciones sociales que deben pagar las empresas supone «una importante merma de ingresos para la Seguridad Social y allana el camino para justificar nuevos recortes de pensiones».
ELA destacó que la elevada temporalidad genera que «el despido resulte muy fácil y barato, lo que deja fuera de toda lógica las demandas empresariales que se están realizando para abaratarlo aún más». Asimismo, aseguró que seguirá luchando para que «los trabajadores no paguen una crisis que no han creado».
CCOO afirmó que «sin medidas urgentes», la crisis golpeará más fuerte y, por ello, exigió la creación de una mesa de diálogo y la coordinación de las políticas activas de empleo, mientras que UGT reclamó al nuevo ejecutivo que se forme en Lakua que centre su actuación en el empleo y «se deje de triunfalismos del `aquí mejor'».
«Menos malo»
En el Estado español, el número de personas en paro se elevó a 3.481.859, la mayor cifra de la serie histórica actual, desde 1996. El presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, dijo que el dato es negativo, pero «menos malo» que el de enero y subrayó que el Consejo de Ministros aprobará el viernes medidas para mejorar la protección por desempleo.
La OCDE recomienda al Ejecutivo español que permita a las empresas derogar más fácilmente la aplicación de los acuerdos salariales y favorecer la supresión de las cláusulas de reajuste de la inflación. Pide reducir más las indemnizaciones por despido.
millones de parados calcula que habrá para finales de año en el Estado español el BBVA. En su último informe advierte que la recesión se prolongará hasta 2010, con una caída de la economía del 0,3% y 4,5 millones de parados.
Adegi aseguró que los datos del INEM confirman sus previsiones. Indicó que «se está produciendo un deterioro rápido y profundo de la economía y, lógicamente, eso va a desencadenar un incremento del paro también en Gipuzkoa».
Luis Albión tiene 56 años y lleva casi un año sin empleo, desde que cerraron la empresa en la que trabajaba. Ayer fue uno de los tantos y tantos ciudadanos que se acercó a una oficina del INEM de Donostia. Sigue buscando trabajo, porque «con lo que tenemos no nos da para comer» y no hace ascos a ningún tipo de empleo, «lo que sea», dice, «aunque no sea de lo mío». Pero admite que «está dificilísimo. Estamos rellenando solicitudes en el INEM, en Lanbide, hemos hecho cursos... de todo». Es consciente de que pueden convertir su edad en un inconveniente, ya que «tengo 56 años y a veces cuando ven la edad, no nos quieren». No por ello deja de insistir y continúa buscando, pero admite que «viendo cómo está el mercado estamos todos asustados, porque hay más mano de obra que demanda».
La afluencia de personas a las oficinas del INEM es constante. Cualquiera que se acerque a ellas puede comprobar que es cierto lo que dicen las estadísticas: muchas mujeres, jóvenes y emigrantes. Pero la situación del desempleo afecta ya a todos los segmentos, y ayer pudimos ver a hombres, mujeres, jóvenes, mayores, extranjeros, no extranjeros, minusválidos... Al mercado le sobran trabajadores, y los trabajadores necesitan trabajo.
Entre estas personas «difícil» es una palabra que se repite mucho. Está difícil encontrar trabajo, muy difícil, y también es muy difícil vivir sin trabajo. La situación se complica.
Un chico joven comenta que lleva desde setiembre sin empleo. «Estaba en una empresa como trabajador social. Se me terminó el contrato, redujeron la plantilla y a los más jóvenes nos mandaron a la calle», cuenta. Incluso se está planteando salir fuera a buscar trabajo, porque «la situación aquí va para largo». «No sé si con 27 años me conviene seguir aquí», manifiesta antes de apostillar que «me planteo vender mi coche, salir del piso donde estoy y emigrar».
Considera que «la situación de estancamiento político y económico te lleva a tener que salir de aquí», y añade que «el nivel de vida está cada vez peor y no hay subidas salariales, al revés, hay propuestas para llevar a cabo recortes salariales». Y es que el desempleo es un problema, pero también lo es la precariedad en el mundo laboral, y sobre todo en algunos sectores. «El sector donde yo trabajo está muy desestructurado, las contrataciones son una basura, con unos contratos muy inestables, y todo para ganar 1.000 euros trabajando más de 40 horas semanales», se lamenta.
Paqui González tiene 50 años y es desempleada desde primeros de diciembre. Finalizó su contrato y no se lo renovaron. Se define como trabajadora en activo, «activa pero relativamente viendo cómo está la situación». Explica que busca trabajo a través de los anuncios de los periódicos, acudiendo a Lanbide..., pero «está difícil». Como muestra un botón: «Hasta en el periódico, donde antes encontrabas muchos anuncios, ha pegado un bajón muy grande».
«Antes había trabajo, aunque no fuera de lo tuyo, pero ahora te das cuenta de que no hay nada», dice González. Tampoco ella es ajena a los condicionantes que achacan a los años. «A mí me limita por ejemplo la edad; tengo 50 años. Resulta que en los pocos anuncios que hay piden gente de 30 a 35 años por ejemplo». No descarta trabajar en un sector nuevo para ella, pero en este aspecto también siente limitaciones, ya que «la mayoría de las veces te piden experiencia, y ¿cómo vas a tener si no vienes de ese ámbito? Es bastante complicado», constata.
Arkaitz, de 23 años, trabajaba en una empresa de electricidad. En diciembre se le acabó el contrato y esta vez no se lo renovaron. «Me dijeron que no había trabajo», relata. Ahora está a la espera de cobrar el desempleo, y mientras tanto busca trabajo, pero «está muy difícil porque no hay».
Ana María Ibarguren también considera muy difícil encontrar empleo a sus 61 años. «Me he quedado sin trabajo porque han cerrado la tienda donde trabajaba», cuenta. Ayer tramitó los documentos para cobrar el desempleo y, aunque piensa buscar trabajo, «con la edad que tengo pienso que lo tengo muy difícil».
Olga Lopera, de 40 años, se encuentra en el paro desde el sábado. Trabajaba en un centro de acogida de menores, en una ONG que tenía un convenio con la Diputación. «Se ha acabado el convenio y nos han mandado a todos a la calle», explica. «Ahora a buscar trabajo pero está muy difícil, no hay trabajo».
El guarda de seguridad de la oficina del INEM también tiene su opinión. «Puff... ¡cómo está el tema, cuánta gente hay sin trabajo!», dice, y añade «¡qué mal va la política!».
es la caída del Producto Interior Bruto prevista por el BBVA tras revisar a la baja sus previsiones económicas para el Estado español para este año. Dice que la recesión mundial «sin precedentes» intensifica el ajuste.
