El escándalo levantado por el plan de PSN y UPN para «rescatar» a las constructoras en el frustrado macroproyecto de Gendulain ha sido calificado por la izquierda abertzale como «un eslabón más de una larga cadena». Ayer se concentró ante la sede del Departamento de Vivienda del Gobierno navarro, en la Avenida del Ejército de Iruñea, para denunciar el «modelo salvajemente especulador» implantado por el Ejecutivo de Miguel Sanz y su socio, y relanzar la reivindicación del derecho a la vivienda.

Los concentrados incidieron en que la política de vivienda «no tiene relación con la auténtica demanda social, sino que viene dictada por los intereses del lobby» formado por constructoras e inmobiliarias. Así, trajeron a colación que en Iruñerria hay 20.000 viviendas vacías, pese a lo cual se planeó esta macrociudad de Gendulain, que ahora se muestra inviable y lleva al PSN a pedir que las arcas públicas ayuden a las empresas.

La izquierda abertzale destaca dos aspectos de la actual situación: «Por una parte, sectores sociales cada vez más amplios ven cómo conseguir una vivienda en las condiciones actuales es imposible, incluso las de régimen de VPO. Por otra, UPN-PSN, con la postura sumisa del resto de partidos presentes en un parlamento donde no existe oposición real, pretenden mantener la política llevada hasta ahora».

Frente a ello, recordaron que la vivienda «ha de ser considerada como un derecho», y plantearon dos ámbitos en los que incidir: «Impulsar el alquiler de vivienda pública y actuar en las viviendas vacías». A la ciudadanía le hicieron ver que «la movilización y la denuncia son imprescindibles».