La primavera la sangre altera y por ello no es de extrañar que el cambio de estación trajera dos cuestiones sorprendentes en una Real en la que el ambiente no puede ser el ideal ni cuando el equipo busca su mejor racha de la temporada. El viernes el periodista cuyos programas reproduce la web de Badiola tenía acceso a un comunicado de los representantes sindicales de los encargados del acceso a Anoeta, los conocidos como txapelas.

La mayoría son personas que trabajan unas tres horas por partido de Anoeta, 66 al año, y por tanto sus ingresos son bajos y además los intentos que ha habido en los últimos años de rebajar ese coste en proporción a la menor asistencia al campo en Segunda o de retirarles entradas que recibían como contraprestación han derivado en problemas. Por alguno de estos dos motivos, o por los dos, porque gastar energías en intentar diferir de sus ingresos hasta junio un 3%, porcentaje rebajado a los que menos cobran, no suponía mucho, no se llegó a incluir a este colectivo en el plan de choque en el que han participado todos los trabajadores del club que tienen mayor dedicación tras acordarlo con sus representantes sindicales.

Pues mientras éstos se felicitan del acuerdo, los representantes de los que no les afecta ninguna medida, en lugar de estar satisfechos, firman un documento que interesa a la persona a la que algunos saludaron efusivamente en su primer partido como ex presidente. Se usa para aparentar lo contrario de la realidad, que el conjunto de jugadores, técnicos y trabajadores con relación continua con la Real han festejado el cambio de dirección y han apoyado el plan de choque del nuevo Consejo. Los trabajadores, con un 85% de votos a favor en su asamblea, con 45 a favor y 7 en contra.

El mismo viernes los responsables de los actos del Centenario aparecían en otro medio para decir que barajan un presupuesto de 1,5 millones y para pedir dinero. Parece que no son conscientes de la crisis que vive este club y de la que padece toda la sociedad. Cualquier acto que se realice o la creación de un museo deben tener asegurado el superávit. El Centenario debe servir para ganar dinero a la Real. Es mejor organizar un partido con un rival de menor nivel en el que vayan a Anoeta menos personas y haya un superávit por derechos televisivos a que venga uno de gran nivel e implique un déficit. Y es mejor un concierto en el que actúen artistas guipuzcoanos, que los hay muy buenos, de forma casi desinteresada y que sólo ofrezca beneficios a organizar un macrofestival deficitario. Y si se quiere un museo debe ser sobre la garantía de que generará beneficios con los visitantes y las subvenciones que reciba como otros similares. Lo que no se puede hacer es pedir utilizando el sentimiento de la Real para hacer cosas grandes que generen pérdidas cuando cualquier euro que se pida debe ir a salvar el déficit de este año y a tener un equipo que le permita subir a Primera.