Una bomba compuesta por unos dos kilos de explosivo, según el Departamento de Interior, estalló sobre la una de la madrugada de ayer en el exterior del inmueble en el que reside el empresario Juan Manuel Arana, en la calle Betarragane de Zornotza. La explosión pudo oirse en las casas cercanas y causó algunos destrozos en el cercado que rodea el chalet y en una caseta utilizada para guardar aperos de labranza. No hubo aviso previo, pero ninguna persona resultó afectada.

Arana es el presidente de la empresa Astilleros de Murueta, así como tesorero de la Cámara de Comercio de Bilbo. Por ello, nada más conocerse la noticia recibió la solidaridad de diferentes asociaciones empresariales, además de las habituales de partidos e instituciones.

En una nota de prensa, el Gobierno de Lakua expresó su apoyo a Arana y también al resto de empresarios que «día a día trabajan en este país para generar actividad y empleo». A su juicio, el atentado de Zornotza, como los anteriores, «es inútil y sólo genera una profunda sensación de hastío y rechazo contra el uso de la violencia, la amenaza y la extorsión».

También condenó el atentado el diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, quien acusó a ETA de querer «sumir en un pozo sin fondo a Euskadi». Por su parte, David Latxaga, alcalde de Zornotza, calificó a Arana de «hombre bueno que no se merece lo que le ha pasado» y que «se ha dedicado con sus diversas empresas a generar riqueza». El Ayuntamiento celebró un pleno extraordinario para denunciar el atentado y solidarizarse con el afectado y con «todos los empresarios y emprendedores vascos».

Gran presencia policial

El atentado de Zornotza se produce, precisamente, al día siguiente de que vecinos denunciaran una «asfixiante presencia policial» en esta localidad, con más de 60 controles contabilizados desde enero, especialmente en Euba, el peaje de Boroa y la estación, y policías de paisano en todo el pueblo. En zonas de monte como Bizkargi y Belatxikieta uniformados han identificado e interrogado a paseantes y baserritarras.