Luis Bandres Profesor de la UPV/EHU
El imposible (no) vencido o Patxi López
En el año de gracia de 1729 se publicaba un libro de gran enjundia titulado «El imposible vencido-Arte de la Lengua Bascongada». Su autor: el padre Manuel de Larramendi de la Compañía de Jesús, maestro de Teología de su Real Colegio de Salamanca. Es decir, hace casi trescientos años ya se podía aprender euskara mediante el estudio y la capacitación del estudiante. Pero, vayamos por partes. En su prólogo nos dirá: «Hasta ahora han tenido por imposible reducir a método y reglas el bascuence, no sólo los ignorantes, sino también los doctos, no sólo los estraños(sic), sino también los propios ... Unos quieren que sea imposible lo que aborrecen y no pueden ver; otros ciñen demasiado los límites de lo posible midiéndolos con su corto alcance; otros en fin llaman imposible a lo que por falta de aplicación, estudio y trabajo...».
Ahí tenemos, entre otros, a quien queriendo ser el máximo representante de un territorio, Patxi López, será de los pocos, por no decir el único, mandatario de este nivel que teniendo que operar en un territorio bilingüe, y más diré, oficialmente bilingüe, no sepa sino solamente uno de los idiomas, cuando hace casi trescientos años ya le ofrecían un método.
El aprendizaje de un idioma todos sabemos que es algo difícil, particularmente para los españoles que muchas veces hemos visto que ultra orgullosos de su castellano desprecian el resto de idiomas, aunque estén afincados en el país correspondiente. Hoy día que tantos avances se han hecho en el aprendizaje de idiomas, quien teniendo verdadero interés en aprender uno más no lo llega a saber será por algo. Para analizar ese algo echemos mano del comienzo del prólogo de nuestro «Imposible vencido» o «Arte de la Lengua Bascongada» y comparémoslos con las habilidades del mencionado señor.
1.- «... han tenido por imposible reducir a método y reglas el bascuence, no sólo los ignorantes sino también los doctos...» ya (hace los años antedichos) puede aprenderlo quien se considere docto, si no lo hace ¿cuál es la consecuencia?
2.- «... no sólo los estraños (sic), sino también los propios...». Es decir, que salvo que él considere que su querido Portu no es Euskadi, ahí tiene otra razón para aprenderlo, pero no.
3.- «Unos quieren que sea imposible lo que aborrecen y no pueden ver...». Uno quiere creer que este no es el caso, pero como decimos en euskara, auskalo!
4.- «...otros ciñen demasiado los límites de lo posible midiéndolos con su corto alcance...». He aquí otra razón para no haber aprendido y saber euskara cuando poderse aprender se puede.
5.- «...otros en fin llaman imposible a lo que por falta de aplicación, estudio y trabajo...», léase gandulería, que no es una buena cualidad para alguien empeñado en ser la máxima autoridad de cualquier territorio.
En resumen, que de acuerdo con los dos primeros puntos mencionados, si una persona docta y de aquí, más aspirando a un puesto de la relevancia del ya mencionado, puede y debe conocer nuestra lengua autóctona, pues lo demás es una falta de respeto a una parte de la población, de acuerdo con los otros tres o la aborrecen, o tienen corto alcance, o son unos vagos, que el señor Patxi (Francisco) López y quienes le apoyan saquen la consecuencia.
Y es que ¿qué se puede esperar de una persona que habiendo tenido la posibilidad de estudiar una carrera, sus padres se la dieron, no lo hizo y que, que yo sepa, no ha trabajado fuera de lo que es la estructura, el aparato, del partido, con lo que esto quiere decir? Sin experiencia laboral ni en empresa privada ni en pública, ni tan siquiera en cargo público, aspirar a lo que aspira me parece una desfachatez... pero, en fin, ésa es mi opinión.