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Los viejos rockeros nunca mueren ni se retiran, a pesar de que se intentó tras la operación puerto

«Never give up, never surrender. Rocks not dead». Son lemas de la indumentaria del Rock&Racing, que parece un graffiti y sintetizan el espíritu del equipo que debuta hoy en Euskal Herria con un director y ciclistas que no se han rendido pese a ser perseguidos por la Operación Puerto.

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Joseba ITURRIA

El Rock&Racing es el equipo más especial. Lo impulsa el magnate Michael Ball, que al presentarse traduce su nombre como Miguel Pelota. Es el dueño de Rock&Republic -una marca norteamericana de ropa y calzado de alto nivel-, que fue pistard hasta que una lesión lo retiró. Diseña y fabrica la ropa del equipo, entrena con sus corredores y se marcó el objetivo de llegar al Tour, aunque la crisis le ha afectado y, según decía un ciclista, tuvo que vender tres coches de lujo de su colección para cubrir el presupuesto de este año de este equipo norteamericano continental, tercera categoría. Se presentó como un equipo rico capaz de ofrecer un dineral el año pasado a Cipollini, pero la infraestructura que se verá en Laudio es la más pobre. Una autocaravana cedida por un equipo belga contrasta con los flamantes autobuses de otros. Los coches también son prestados y en sólo uno se puede ver el nombre de Rock&Racing.

«Necesitamos un patrocinador español. La infraestructura la tenemos en Estados Unidos, de donde no salimos el año pasado porque no teníamos servicio de carrera aquí. Desde hace un mes he trabajado mucho con Lorenzo Lapage, que estaba con Astana, y hemos constituido un servicio de carrera en Bélgica y así podemos participar en carreras en Europa. Corremos Castilla León, Llodio, Alentejo, Rioja, Asturias, Naranco, posiblemente Burgos, Ordizia y Getxo», explica Rudy Pevenage, un sprinter belga profesional desde 1976 a 1988 y que en el 80 ganó una etapa y el maillot verde en el Tour. En el 89 empezó como manager de equipos y se le conoce por ser el director de confianza de Ullrich. Por ello le salpicó el affaire de la Operación Puerto, que acabó con su carrera.

«Hemos pagado, hay que mirar adelante»

Como Ullrich, sus ciclistas Sevilla, Mancebo, Quique Gutiérrez, Peña o Hamilton han tenido «problemas con la Operación Puerto. Yo también. Lo hemos pagado estando fuera y es el momento de mirar para adelante y no detrás. Porque otros muchos corredores han estado en el pelotón también con problemas. No había un Fuentes en España, como poco hay cinco y de ningún otro se ha hablado. Sólo han buscado a uno. Y en Francia, Italia, Bélgica, Suiza..., en todo el mundo y no hablan. Y no sólo en ciclismo, también en otros deportes. En la Operación Puerto había otros deportistas y de ellos no se ha sabido nada», denuncia Pevenage, que pide que se les dé a los suyos una nueva oportunidad en un ciclismo más controlado y que agradece que «en California, México y Castilla León ningún corredor de otros equipos está contra nosotros. Todos están contentos de que volvamos a correr junto a ellos». Preguntó a Ullrich si quería volver: «Le gusta aún el ciclismo, pero no viene porque le han tratado muy mal. En Alemania le tratan como a un delincuente, una vergüenza y no ha dado positivo, sólo la prueba de Fuentes...».

Paco Mancebo, habitual en los puestos de honor de las grandes hasta el affaire, se ha resistido a dejar el ciclismo y ha seguido en Relax, Fercase y Rock Racing. Pide que le dejen «pasarlo bien. Reivindicar poco, sólo quiero que no se hable del pasado y disfrutar de las carreras». Lo hizo con su victoria y liderato en California porque «llevaba mucho tiempo sin levantar los brazos y por ser el estreno del equipo en casa. Fue muy emotivo».

Destaca que «en Portugal me hicieron un sitio y me acogieron muy bien y estoy muy agradecido, pero este equipo es un poco más grande dentro de sus limitaciones de calendario. Es un equipo especial por la ropa llamativa, el jefe quiere que tengamos una forma de correr muy agresiva y todos estamos muy contentos. No tenemos aquí la infraestructura que llevamos en Estados Unidos, en la que todo es llamativo, los coches, las azafatas que no lleva ningún equipo... La crisis le ha afectado al jefe, que ama mucho la bici, pero el equipo ha salido. No como continental profesional como quería, con un gran calendario, pero hacemos carreras bonitas».

Óscar Sevilla, que apuntaba como una de las grandes esperanzas para las grandes vueltas, también está agradecido «a Miguel Pelota, como dice él. Es un amante del ciclismo, un gran patrón. Nos apoya mucho y nos ha dado una gran oportunidad. Personas como él hacen falta en este mundo, que apuesten por el ciclismo y mantenga el equipo a pesar de la crisis con dinero de su bolsillo. Empezó a hacer ropa con Victoria Beckham y luego creó Rock&Republic. Tiene ropa muy bonita, hace muy bien el marketing y siempre está pendiente de todo. Hemos aguantado mucho y todo el mundo se merece una segunda oportunidad. Se está hablando más de ciclismo y ojalá nos dejen correr normal. Tengo 32 años e ilusión por correr muchos más y me gustaría que nos miraran como unos deportistas luchadores y se deje todo lo que hemos pasado. Pasando todo tipo de controles hacemos buenos resultados y merecemos un mejor trato».

Recuerda que «llevo dos años muy buenos, hago mis tests y son mejores que los del 2001 y 2003. Me queda la espina clavada de que por las lesiones y la Operación Puerto no he dado todo lo que tengo dentro y me duele». No se obsesiona con una grande, pero reitera que «ya hemos pasado bastante penitencia y sufrimiento y me gustaría volver a correr, sobre todo, la Vuelta. Es una asignatura pendiente. No sé si para ganarla, pero sí para disputarla. Estamos dando una buena imagen, queremos aprovechar el calendario que tenemos aquí para convencerles y si los organizadores nos invitan no se arrepentirán».

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