Redada en Hernani y Urnieta
Rubalcaba justifica las ocho detenciones en que «con esto se impiden sabotajes»
La Policía española detuvo a ocho jóvenes y efectuó trece registros en Hernani y Urnieta con mandato del juez de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. La redada calca otras realizadas el pasado año. El ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, no precisó más imputación que la relación con Segi, y no dudó en argumentar que la redada «impide actos de sabotaje». Los jóvenes ya han sido llevados a una comisaría de Madrid.
A. L. | HERNANI
La Policía española arrestó en la madrugada de ayer en Hernani y Urnieta a Asier Olano, Txaber Zabaleta, Aitzol Arrieta, Egoitz Balerdi, Jon Ezeiza, Eki Oñate, Mikel Gartzia e Iñigo Alzelai, todos ellos muy jóvenes. La operación, que según fuentes policiales sigue abierta, lleva la firma del juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón. Pero el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, no dudó en admitir de nuevo que se trata de una redada que no se justifica en acusaciones de delitos concretos, sino en que así «se han frustrado actos de sabotaje y de violencia». E introdujo otro ingrediente habitual en las versiones oficiales tras las últimas redadas: el Tren de Alta Velocidad, una obra que «se va a hacer», según afirmó.
«Por tanto, con su desarticulación hemos impedido actos de sabotaje contra el TAV», dijo Rubalcaba. Incidió en que la «obligación del Gobierno es proteger a los trabajadores y empresas que construyen la línea». «Estamos empeñados en luchar contra ETA en todos los frentes y uno de los frentes importantes es, sin duda, su cantera», añadió. No hay más imputación concreta, al menos por el momento. Y en los numerosos registros no se hallaron más que papeles, pegatinas, ordenadores, teléfonos móviles y algunos cohetes, según las agencias.
Como se ha hecho habitual, tras ello el ministro dejó claro que ahora tratarán de buscar imputaciones. Confió en que «vamos a esclarecer un número importante» de actos de kale borroka ocurridos en Gipuzkoa
«Han dejado todo patas arriba»
La operación policial comenzó de madrugada. Se practicaron al menos trece registros. De la herriko taberna Garin y del bar Aker, donde estuvieron una hora, se llevaron mecheros y chapas, según informaron a GARA los vecinos presentes.
En los domicilios estuvieron una media de dos horas. Al de Asier Olano, por ejemplo, llegaron sobre las 2.30. «Escuchamos un fuerte ruido de metales que, al principio, identificamos con el de los andamios de la fachada. Pero pronto oímos cómo subían corriendo por las escaleras y gritaban `manos arriba, Policía'. Unos vecinos bajaron para saber qué pasaba, pero les amenazaron con abrirles diligencias si se quedaban allí», relató una vecina de la calle Kardaberaz.
Según indicaron familiares del joven, los agentes entraron en el domicilio con «las armas en la mano. Durante el registro, el padre estuvo con él, mientras a la madre la tuvieron en la sala. El dormitorio quedó patas arriba, los cajones por el suelo e, incluso, rompieron la parte superior del armario empotrado». El registro de la vivienda, así como del garaje de los padres y del trastero, finalizó sobre las 5.00.
En la de Txaber Zabaleta estuvieron tres horas, desde las 2.30 hasta las 5.30. «Nos hemos despertado al oír fuertes timbrazos. Al preguntarles qué pasaba, se han limitado a decirnos que la orden venía de Madrid. Han registrado todo el piso, habitación por habitación. Entraban en una, metían cosas en una bolsa con un número y se iban a la otra. Han dejado el piso hecho un desastre. Se han llevado pañuelos, DVDs, CDs, fotos familiares, de mi hijo con su cuadrilla... También dos ordenadores; un portátil y el disco duro de otro», explicaba su madre.
En el registro, añadió, participaron media docena de agentes de paisano, mientras que otro grupo, uniformado, esperaba en la puerta. Se les impidió tajantamente hablar con él.
«A las 7.45, nos han llamado de la comisaría de Donostia para comunicarnos que estaba ahí. Alrededor de las 15.00, nos han vuelto a llamar para decir que los llevaban a Madrid. Les he preguntado cuándo llegarán y si nos llamarían. Su respuesta ha sido que no, que no podían».
En la casa de Aitzol Arrieta estuvieron desde las 2.30 hasta las 5.00. Su madre es Nekane Erauskin, hasta hace poco parlamentaria en Gasteiz: «No nos han permitido presenciar el registro. Entre las cosas que se han llevado está mi ordenador, el del Parlamento. Cuando les he dicho que era mi herramienta de trabajo, me han respondido que presentara una reclamación», explicaba a GARA.
Los padres de Eki Oñate fueron puestos contra la pared nada más abrir la puerta. Eran las 2.15. «Han entrado pistola en mano. Se han llevado un portatil, dos discos duros, unas fotos, una banderola por los presos, dos DVD y un arrano beltza. Además de la casa, han registrado el garaje. Han estado cuatro horas. Nos han dejado despedirnos», indicaban. La preocupación de todos era patente.
Además de los domicilios de los jóvenes, los policías registraron el bar Aker, la «herriko taberna» Garin, el gaztetxe Kontrakantxa, la casa ocupada Karbonera y un local situado en Plaza Berri.
A los familiares de los arrestados se les informó entrada la tarde de que se les ha aplicado el protocolo de Garzón. Les dijeron que están en la comisaría de Canillas, en Madrid, y que hoy serán examinados por sus médicos de confianza.
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