Se las prometían felices cuando sumaron los votos trampeados suficientes para sentar sus reales en Ajuria Enea, pero aún antes de culminar la operación, hay quien, desde sus filas, advierte de la posibilidad de darse una costalada.

Ayer, en «Periodista Digital», Antonio Casado se refería a las primeras declaraciones de Arantza Quiroga en las que criticaba a Zapatero. Según el columnista, no debe jugarse con esas cosas, no vaya a ser que se rompa el juguete; además, «alimenta las hipótesis del PNV y de UPyD respecto a la fragilidad del pacto PSOE-PP porque en el resto de España estos partidos andan a la greña». Las disputas entre los dos partidos son, en su opinión «mal asunto para la consolidación del pacto de desintoxicación nacionalista en Euskadi».

Y esas reyertas tan naturales entre un partido que se dice socialista y uno de derechona pura y dura son lo que «Rosa Díez, por un lado, y los dirigentes del PNV, por otro, definen como pedrusco en el camino hacia la consolidación de la entente vasca. Ambos auguran al pacto un recorrido corto precisamente a causa de esa feroz necesidad de diferenciarse que tiene el PP respecto al PSOE, y viceversa». Ya empiezan a preocuparse.

Por eso advierte Casado: «A muchos nos parecería imperdonable la muerte prematura del pacto López-Basagotiti. Hay señales preocupantes en ese sentido. Por ejemplo, los aplausos negados por los socialistas a la nueva presidenta del Parlamento vasco cuanto ésta salió elegida hace unos días precisamente con los votos de los socialistas. Y, por otro lado, el histórico dirigente del PP vasco (...), el ex ministro Jaime Mayor Oreja, que en recientes declaraciones mostraba en público su escasa o nula confianza en los socialistas como compañeros de viaje». Lo grave, en opinión del escriba, es que estas declaraciones «son formas de dar la razón a los nacionalistas cuando denuncian que no es creíble un pacto en Euskadi de quienes en el resto de España se llevan como el perro y el gato». Y eso, claro, «sería fatal para las respectivas causas de los dos grandes partidos nacionales. Así lo ha visto el presidente del PSE, Jesús Eguiguren, que el otro día declaraba: `Si fallamos en esta operación nos hundiremos el PSOE y el PP en el País Vasco'. Entonces tendremos nacionalismo para los restos». Ya empiezan a temblar.