Basterretxea: «El `Guernica' es quizá la mejor obra del siglo pasado»
El Museo Euskal Herria de Gernika inauguró ayer la exposición «Nestor Basterretxearen Gernika», que consta de pinturas y esculturas que el artista bermearra realizó con motivo del 50 aniversario del bombardeo de la localidad foral, y que nunca se han mostrado conjuntamente. El museo prosigue así la senda abierta el pasado año con «Remigio Mendibururen Gernika» y la intención de mostrar la obra de los artistas vascos referente a la horrible tragedia de 1937.Anartz BILBAO | GERNIKA
El Museo Euskal Herria de Gernika inauguró ayer la exposición «Nestor Barrenetxearen Gernika» con la presencia del propio artista, muy implicado en el proyecto.
Para disfrute de la audiencia, el locuaz y entrañable Basterretxea, quien a sus ochenta y cinco años sigue trabajando sin descanso -«trabajo mejor de madrugada», confesó- hizo un repaso de su experiencia vital y de su creación artística, para exclamar al final de su presentación «el arte es difícil, hasta para nosotros».
La obra expuesta recoge la serie de trabajos que Nestor Basterretxea realizó en 1986, con motivo del cincuenta aniversario del bombardeo de Gernika, y que constan de dos esculturas - «Gernika», de acero y «S. T. (Gernika)», de madera- y una serie de pinturas (acrílico sobre madera). Las pinturas son en total diecisiete piezas de gran formato, realizadas siguiendo una estrategia similar a la utilizada en torno a la serie «Cosmogónica Vasca» en 1972, y que parten de «Gernika 50», «obra de 2,5 x 2 metros que se presentó en la colectiva de artistas vascos que se celebró en el Instituto en 1987, así como en Bilbo, en 2006, junto al resto de la serie que parten de ella», según escribe el comisario Xabier Sáenz de Gorbea en el catálogo de la exposición. En Gernika, sin embargo, y debido al limitado espacio de la planta alta del Museo Euskal Herria, no todas las pinturas están expuestas al público.
Sobre sus pinturas, Basterretxea señala que «lo negro sobre blanco con que resolví los temas que componen la obra, resultó de una expresividad rotunda, entera, en la que el dinamismo de las formas resumían todo cuanto quise decir entonces, y que hoy lo ratifico». Es un lenguaje dependiente de sólo dos valores cromáticos, «pues eludí cualquier vistoso efecto añadido, porque quise que nada distrajera al luto esencial de su significado: que la muerte y la destrucción estallaron en un mismo y múltiple estruendo, bajo el cielo».
Por su parte, Sáenz de Gorbea incide en que el artista afincado en Hondarrabia «parte de impulsos, ideas y sensaciones nada abstractos, cuyas búsquedas tienen que ver con la asunción de un motivo sobre el que quiere intervenir activamente». Quizá por el largo éxodo y el exilio sufrido, la Guerra de 1936 está muy presente en la obra de Basterretxea. «Un tiempo sobre el que realiza distintos proyectos creativos. Se trata de conservar la memoria viva trasformándola en manifiestos plásticos», para que «no se pierda aquel sufrimiento en el olvido».
El «Guernica» de Arteta
Sobre la añorada -especialmente en Gernika- obra que Picasso realizó como reflejo de aquel fatídico 27 de abril de 1937, «es una obra fundamental, extraordinariamente buena, quizás la mejor del siglo pasado» declaró Basterretxea, tras relatar cómo le fue requerido a Arteta realizar una obra sobre el bombardeo, que éste rechazó al ser inminente su partida hacia México, donde murió en 1940.
La exposición recoge pinturas (acrílico sobre madera) que el artista realizó en 1986 con motivo del cincuenta aniversario del bombardeo de Gernika, además de dos esculturas (una de acero y otra de madera).
Lugar: Museo Euskal Herria (Gernika).
Fecha: Del 8 de abril al 31 de agosto de 2009.
Horario:
Laborables: 10.00-14.00 16.00-19.00 (lunes cerrado).
Festivos: 11.00-14.30
16.00-20.00.
Domingos: 11.00-15.00.
Las dos obras expuestas «son versiónes que nunca se han expuesto juntas». La primera, «proyecta un efecto de caída y devastación. Está constituida por unas activas planchas cuyas diagonales descienden vertiginosamente hasta el suelo y certifican la destrucción». La segunda pieza tiene un carácter más arquitectónico. «Muestra una precaria disposición estructural. Una secuencia de ritmos repetitivos que se articulan en el espacio con un frágil equilibrio». A. B.