Una veintena de tamiles se encuentra en huelga de hambre en Oslo para reclamar al Gobierno noruego que convoque una reunión de urgencia con EEUU, Japón y la UE, que forman el cuarteto mediador, para lograr un alto el fuego inmediato en el norte de Sri Lanka.

Alrededor de un centenar de tamiles, entre los que se incluyen los huelguistas de hambre, permanecen desde el martes acampados delante de la sede de la oficina del primer ministro, en el centro de Oslo. Noruega ha actuado como mediador entre el Gobierno y la guerrilla de los Tigres de Liberación de Tamil Eelam (LTTE), que desde la década de los 80 lucha por un Estado independiente en el norte y este de la isla de Sri Lanka, donde los tamiles son mayoría.

Los activistas tamiles pidieron el envío de ayuda humanitaria y de observadores internacionales a la zona, asolado de nueva por la guerra después de que el Gobierno de Colombo rompiera en enero de 2008 el acuerdo de alto el fuego vigente desde 2002.

La Policía danesa retuvo el martes a 83 tamiles que se habían negado a abandonar la plaza que se encuentra frente al Ministerio de Asuntos Exteriores, en Copenhague, donde se habían concentrado para pedir un papel más activo de Dinamarca para frenar la matanza en el territorio tamil. También se ha registrado movilizaciones similares en Londres y París.

El ministro noruego de Desarrollo, Erik Solheim, que ha actuado como mediador internacional en el conflicto, dijo que Noruega busca el alto el fuego, pero que su influencia es limitada.

«Somos el país más activo en Sri Lanka de lejos. El problema no es qué hace Noruega, sino qué hacen las partes», declaró.

«La situación humanitaria en Sri Lanka es probablemente la peor en el mundo hoy en día, con entre 150.000 y 200.000 personas apiñadas en una playa. Necesitan agua y comida, pero lo peor son los bombardeos: no hay protección contra la artillería pesada en la zona, y eso ha provocado muchas muertes», afirmó Solheim.

Se calcula que en las tres décadas que dura el conflicto han muerto entre 65.000 y 80.000 personas y cientos de miles han sido desplazadas.

Por otra parte, Sinnathgurai Kugathasan, un trabajador de la Cruz Roja, murió ayer como consecuencia del impacto de un proyectil cuando iba a por agua para su familia cerca de Ampalavanpokanai, en el distrito de Mullaitivu. «Nos sentimos devastados», declaró el director de la delegación en Colombo.