Una manifestación de 100.000 personas recorrió ayer las calles de Bangkok para exigir la renuncia del primer ministro de Tailandia, Abhisit Vejjajiva, y abrir una vía al regreso de Thaksin Shinawatra, el gobernante depuesto por el golpe de Estado de 2006.

Ataviados con sus características camisetas rojas, los manifestantes se concentraron en torno a la residencia del presidente del Consejo Real, Prem Tinsunalonda, a quien acusan de interferir en la política y apoyar la asonada militar que desalojó del poder a Thaksin, ahora en el exilio en Gran Bretaña y prófugo de la Justicia tailandesa.

El influyente ex general Prem, que fue primer ministro entre 1980 y 1988, rechazó cualquier vinculación con el golpe de Estado, y denunció que con esas acusaciones, Thaksin pretende fomentar la división social y llevar el país al caos.

«No queremos ni a Prem ni al Gobierno, exigimos elecciones libres y democráticas», coreaban los manifestantes.

La protesta de ayer fue la más importante de las convocadas por el Frente Unido para la Democracia y contra la Dictadura, de Thaksin.