Intoxicar
La crueldad que acredita el Estado español para con los prisioneros y prisioneras políticos vascos puede contarse entre las más repudiables del mundo occidental. Y a la dispersión, la cadena perpetua, el ensañamiento con los enfermos, la negativa a liberar a quienes ya han cumplido condena se suma ahora la manipulación y la intoxicación informativa. No es nuevo, pero hay que recordarlo.
OLASO