La Cumbre de Pueblos Indígenas sobre el Cambio Climático de Anchorage, en el estado de Alaska, reclamó a los países desarrollados que tomen en cuenta sus opiniones en la lucha contra el cambio climático y reduzcan para 2050 la emisión de gases con efecto invernadero un 95%.

«La Madre Tierra ya no está en un periodo de cambio climático sino de crisis climática. Por tanto, insistimos en el fin inmediato de la destrucción y profanación de los elementos de vida», manifestaron los asistentes a la cumbre, que durante cinco días reunió a 500 delegados de 80 países.

Abogaron también por «una transición justa hacia fuentes y sistemas de energía renovables bajo la propiedad y control de nuestras comunidades para lograr seguridad y soberanía energética».