GARA > Idatzia > > Kultura

«Las economías más fuertes acabarán imponiendo su mercado y su cultura»

p054_f01_148x224.jpg

Montxo Armendariz

Director de cine

Poseedor de un talento innato para atrapar el alma de su personajes y plasmar sus vivencias en historias que nacen de la mismas entrañas del asfalto y la hierba, el director navarro Montxo Armendariz ultima los detalles de la que será una nueva etapa en su viaje de celuloide tras su estancia en «Obaba».

Koldo LANDALUZE | DONOSTIA

El pasado 21 de abril Montxo Armendariz recibió el Premio Manuel Lekuona que otorga Eusko Ikaskuntza. Una buena excusa para hablar de cine.

¿Qué supone el Premio Manuel Lekuona?

No es un premio más, ni mucho menos. Para mí tiene un significado muy especial porque demuestra que las artes audiovisuales y el cine han entrado a formar parte del historial enriquecedor de estos premios. Por este motivo, es un gran honor que esto haya ocurrido gracias a mis películas.

Cuando pasa por delante de sus premios y los mira de reojo, ¿qué le cuentan?

La verdad es que mi casa no es muy grande, así que intento distribuirlos como buenamente puedo. Cuando paso por delante de ellos me transmiten el cariño que he recibido y todo ello me sirve para recargar las pilas y seguir para adelante.

Tras recibir el premio declaró su agradecimiento y amor incondicional al cine y proclamó una reivindicación del medio.

Sin lugar a dudas. Fue una reivindicación del medio porque éste debe estar regulado y controlado.

Urge que alguien ponga un poco de orden en esta situación que imposibilita hablar sobre la igualdad de oportunidades o de una competencia en el mercado. Dadas las diferencias abismales que existen entre unas películas y otras, se confirmará lo que todo el mundo sabe: que las economías más fuertes acabarán imponiendo su mercado y, lógicamente, su cultura. Esto motivará que las culturas pequeñas y diferentes tiendan a desaparecer progresivamente.

¿En qué situación se encuentra actualmente la industria?

La industria está en crisis, al igual que la sociedad. Yo creo que el cine participa en la situación que está padeciendo una sociedad en crisis. La inevitable y obligatoria relación cine-sociedad ha provocado que el medio se encuentre en un momento, digámoslo suavemente, «transitorio». Van apareciendo nuevos sistemas, nuevas tecnologías, no se regula nada, nadie sabe hacia dónde vamos y la piratería campa a sus anchas. Pero todo ello no significa que haya que arremeter contra internet y otros medios que de por sí tienen una capacidad creativa y comunicativa realmente positivas, que han permitido que tengamos acceso a un montón de cosas que antes era imposible.

Muchos cineastas jóvenes han pasado al ostracismo después de rodar su primera película. ¿Comparte sus críticas y malestar cuando afirman que han sido utilizados por muchos productores que han cobrado una suculenta ayuda que el ICAA -Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales- destina a los debutantes?

Es que esto forma parte de la situación que estamos padeciendo. Antes, desgraciadamente, no existía ni una mísera subvención. Hoy en día se puede contar con este tipo de respaldo económico del que se ha abusado en exceso muchas veces.

Personalmente, me parece un recurso positivo que trata de primar a los nuevos realizadores pero, lamentablemente y como en todo tipo de industrias, siempre tropezamos con un montón de listillos que únicamente pretenden sacar el mayor crédito posible para ellos. Esto ha provocado una saturación en el mercado de películas dirigidas por nuevos realizadores y todo ello forma parte de las carencias organizativas y legislativas a las que aludía con anterioridad. Estoy completamente de acuerdo con que exista una ayuda económica para los jóvenes realizadores, pero hay que saber a quién y por qué se le está dando. Hay que hacer un seguimiento exhaustivo de los proyectos subvencionados y así evitaremos que muchos productores sin escrúpulos se lucren a cuenta de los cineastas noveles.

¿Cuál es su siguiente etapa tras viajar a «Obaba»?

La verdad es que no me muevo por nada preestablecido ni tampoco tengo en mente variar mi ritmo habitual. Me muevo por aquellas historias que me interesan, ilusionan y que son terriblemente escurridizas. Me gustan ese tipo de historias que un día aparecen de improvisto y luego, súbitamente, te la reencuentras en otro lugar diferente por completo.

Este año he barajado la posibilidad de hacer dos proyectos que, por diversos motivos, no se han podido sacar adelante. Lo cierto es que la situación actual no es nada boyante y ello te obliga a seguir trabajando y buscando, dentro de tus posibilidades limitadas, nuevos proyectos.

¿Tiene alguno ahora mismo entre las manos?

Sí, pero por el momento no te puedo adelantar nada. No quiero que se repita lo que me ha ocurrido en otras ocasiones pasadas. Mientras no esté en marcha prefiero no hablar de ello.

¿Qué le pide a un proyecto?

Fundamentalmente que a mí me interese e ilusione. Después, siento cierta inclinación hacia las crónicas del comportamiento humano. En el fondo, yo creo que busco lo que todos pretendemos en el fondo: la búsqueda de la amistad y el cariño de quienes nos rodean. Me gusta la necesidad de lucha que implica alcanzar y disfrutar de estas emociones. Cuando me detengo en una historia le pido que me aporte unos mimbres dramáticos en los cuales pueda sustentar mi labor narrativa y, con ellos, poder transmitir al espectador las mismas emociones y sentimientos que me han provocado a mí.

¿Tiene una deuda pendiente con el entorno urbano?

No, para nada. Es algo que me suelen comentar habitualmente, pero si se fijan en mi filmografía, comprobarán que siempre he alternado películas urbanas y rurales: «27 horas», «Las cartas de Alou», «Historias del Kronen». En «Obaba», por ejemplo, hay una mezcla entre lo rural y lo urbano. Para bien o para mal, la televisión y los medios de comunicación se han encargado de recortar las distancias abismales que un día separaban a ambos medios. Creo que cada vez son menos los rincones olvidados en los cuales el visitante tropieza con la esencia primitiva del lugar que está descubriendo.

 
 
Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo