Los hechos ocurrieron sobre las 8.25 de ayer, cuando Yaniled Giraldo Quintero se dirigía en compañía de un hijo de 14 años a un domicilio situado en el número 6 de la calle Fuente Vieja de la urbanización Erreleku, en Cordovilla. Esta mujer de 33 años iba a realizar un trabajo de esteticién para una boda. Nada más descender de su vehículo, y antes de entrar en el citado domicilio, varios desconocidos efectuaron varios disparos a escasa distancia y le causaron la muerte prácticamente en el acto. El hijo de la víctima no sufrió daño alguno.

La munición utilizada fue del calibre 6-35, y en el lugar de los hechos se encontraron ocho casquillos de bala. Los autores de los disparos huyeron en un turismo de color blanco, desde el que habían realizado los disparos. A última hora de la tarde de ayer todavía no había sido localizado este vehículo, según informaron fuentes de la Policía Foral, que se hizo cargo del caso.

SOS-Nafarroa recibió el aviso de estos hechos por medio de un vecino de la citada urbanización y envió al lugar de los hechos a varias patrullas de Seguridad Ciudadana de la Policía Foral y agentes de Investigación Criminal, quienes hallaron a la mujer sin vida. Junto a la puerta del citado domicilio quedó un gran charco de sangre.

La juez del Juzgado de Instrucción número 3 de Iruñea se hizo cargo de la instrucción del caso. Desde el primer momento prácticamente se descartó que se tratase de un crimen de carácter machista. La Policía trabaja con la hipótesis de que esta muerte esté relacionada con un «ajuste de cuentas». Se sospecha que podría tratarse de sicarios. Vecinos de Ituren recuerdan que, antes de llegar al pueblo a vivir con un vecino de esta localidad, Yani Giraldo ejerció la prostitución.

La Policía Foral trabajaba ayer con la hipótesis de que Yani Giraldo hubiera sido una de las mujeres que en su día fue obligada a prostituirse por el propietario de un club de alterne de Sunbilla, al igual que otras dos mujeres también colombianas. Este dato fue corroborado por vecinos de Ituren.

En mayo de 2004 el propietario del local fue condenado a 18 años de cárcel por haber abusado sexualmente de las tres inmigrantes, a las que sólo entregaba las propinas de los clientes y la mitad de lo percibido por las consumiciones. En Ituren se comentaba ayer que había quedado libre hace poco tiempo.

Giraldo tuvo anteriormente dos hijos con un hombre de nacionalidad colombiana y ambos, de 14 y 12 años, vivían en Ituren junto con otros dos hijos que la víctima tuvo con el vecino de esta localidad. Uno de ellos tiene unos 7 años de edad y el otro tan sólo unos meses de vida.