¿«Ajuste de cuentas» no es violencia machista?
Desgraciadamente nada ni nadie podrá devolver la vida ya a Yaniled Giraldo Quintero, la vecina de Ituren de 33 años que murió a balazos el sábado en Cordobilla en presencia de su hijo de 14 años. Pero sí hay algo todavía que se puede hacer por su familia y por su memoria: esclarecer la autoría y el móvil de su muerte. La afirmación oficial de que el crimen no está relacionado con la violencia machista sonaba a prematura cuando se formuló, minutos después de saltar la noticia y sin conocer a los agresores, y suena cada vez más extraña a la vista de la tesis policial.
La Policía Foral privilegia la hipótesis de que Giraldo fue víctima de un «ajuste de cuentas». Pero lo llamativo es que la venganza no se derivaba de un caso de delincuencia común, sino de explotación sexual: la denuncia hecha en su día por varias mujeres contra el dueño de un local de prostitución que terminó en la cárcel.
Si ésta es la principal sospecha de la Policía Foral, resulta poco comprensible que el Gobierno navarro -de quien depende- tuviera tanta prisa en vender que no se trata de violencia machista. Resulta además contradictorio con los llamamientos institucionales a las mujeres para que denuncien los maltratos. Y no es el primer caso en que las administraciones responden con este tic que parece responder al afán de sacudirse eventuales responsabilidades.