El primer ministro japonés, Taro Aso, comenzará mañana una visita de Estado a China para tratar sobre la recesión mundial y el conflicto con Corea del Norte, apenas una semana después de haber irritado a Beijing al realizar una ofrenda en el santuario de Yasukuni, donde están enterrados varios criminales de guerra.

Aso se reunirá con el presidente chino, Hu Jintao, y con su homólogo, Wen Jiabao, en el transcurso de un viaje que durará dos días y que es el primero de estas características que realiza desde que llegó al poder en setiembre.

La recesión mundial será el tema principal que tratarán los dirigentes de las dos principales potencias asiáticas.

El FMI ha previsto una caída del PIB japonés del 6,2% en 2009, la más fuerte desde la Segunda Guerra Mundial, mientras que el de China aumentará un 6,5%, lo que supone el crecimiento más débil desde hace años.

Junto a ello, también analizarán las relaciones con Corea del Norte, aliado de China y enemigo de Japón.

A comienzos de mes, Pyongyang lanzó un satélite que sobrevoló el norte de Japón antes de sumergirse en el océano Pacífico. Este lanzamiento fue condenado por el Consejo de Seguridad de la ONU, al considerar que podría ser una prueba para un futuro misil nuclear.

Ante las críticas, Corea del Norte reanudó las labores para enriquecer combustible nuclear y abandonó la Mesa de los Seis (las dos Coreas, China, Japón, EEUU y Rusia), que tiene como objetivo el abandono de los programas nucleares.