«En toda la historia, ninguna intervención humana ha logrado detener una pandemia una vez que ésta se ha declarado», sentenciaba en 2005 la entonces representante de la OMS para la gripe aviaria y hoy directora general del organismo, Margaret Chan. Por fortuna, matizaba, «hay una posibilidad de que podamos apagar la chispa antes de que el incendio comience. Ello dependerá de que detectemos rápidamente el brote de transmisión humana y de que actuemos rápidamente», subrayó.

Probablemente sean las dos premisas con las que debamos quedarnos a apenas unos días del inicio de esta nueva crisis sanitaria que apunta a pandemia. De la noche a la mañana, lo que el pasado viernes empezó con pequeños titulares periodísticos como «Rara influenza impone alarma», en cuestión de horas se tornó en apertura de medios de comunicación de todo el mundo. La rapidez con la que se superponen las informaciones impide un análisis sereno y la aparición de posibles casos de contagio a miles de kilómetros del lugar de origen de los primeros brotes, lo sobrepasa.

¿Cómo surgió?

En primer lugar, no es un problema de sanidad animal, como ocurrió con la gripe aviaria. Los cerdos seguramente no tienen la culpa de nada y por tanto ni el consumo de su carne acarrea peligro ni veremos sacrificios masivos al estilo de las aves de corral o las vacas. Porque, además, si hay un animal de granja sometido a estrictas medidas de bioseguridad, al menos de los países occidentales, es el cerdo. Por tanto, una diferencia sustancial con lo ocurrido hasta no hace mucho con la gripe aviaria.

Estamos, en cambio, ante un problema de salud humana. Hablamos del virus de la influenza porcina (aislado por primera vez en un cerdo en 1930), cuya afección a los humanos es bastante rara y ocurre puntualmente en personas con un contacto muy estrecho con algún animal portado. Entonces, ¿qué ha sucedido para que en apenas cuatro días se hable de nuevo de pandemia mundial?

Los cerdos pueden estar infectados por los virus de la influenza aviar y humana, así como por los propios virus de la influenza porcina. Cuando los de otras especies infectan a los cerdos, los virus pueden reagruparse, intercambiar genes y surgir nuevos virus mezclados de gripe porcina, aviar y humana. Es algo habitual, pero seguramente arriesgado en el tiempo.

La cepa que parece ser la causante de este nuevo virus, por lo que se sabe de momento, contiene secuencias de virus aviar y porcino americano y de virus aviar y humano europeo, una recombinación no vista hasta ahora. ¿Dónde ha surgido, entonces? No se sabe. Esa desconocida mezcla puede haberse fraguado en el cerdo, pero también en el propio ser humano o incluso en las aves.

Da la impresión que este nuevo virus ha pillado por sorpresa a la comunidad científica y sanitaria. Lo cierto es que los prestigiosos Centros de Control de Enfermedades estadounidenses reconocen en su web que hasta hace poco recibían un caso de infección del virus de influenza porcina en humanos cada uno o dos años (en 1988 hubo un presunto brote en Wisconsin).

Sin embargo, he aquí un dato revelante, de diciembre de 2005 a febrero de 2009 reportaron una docena de casos en EEUU. Pero es que desde marzo de este 2009, en California han confirmado cinco casos más. ¿Se vino dando en México una progresión de casos similar en los últimos años? Se desconoce aún. Pero cabe recordar que el recientemente publicado primer atlas mundial de zonas de alto riesgo de desencadenar la próxima gran epidemia transmitida por animales apuntaba a diez estados de México como áreas de alto riesgo, junto a California.

Sea como fuere, un desconocido virus parece poner de nuevo a prueba los sistemas sanitarios mundiales. La temida gripe aviaria se quedó sólo en eso porque se evitó el contagio de persona a persona. Pero es que aquí ya se ha producido y es por ello que el nivel de alerta de la OMS subió anoche al nivel 4 (de 6) y es que este virus tiene visos de una verdadera pandemia, aunque, de momento, se descarta cierre de fronteras y las restricciones en el tráfico. Falta confirmar su nivel de mortalidad -el de la gripe aviaria fue del 50%-, que de momento parece bajo (5-7%), hecho que suple con su al parecer facilidad de transmisión.

A favor de la comunidad sanitaria está que los fármacos para la gripe aviaria parecen servir y que los deberes de articular una red de vigilancia y actuación mundial están ya hechos. Estaremos en puertas de la esperada pandemia mundial o de un serio aviso como lo fue la gripe aviaria, pero no hay que olvidar que la gripe humana de cada año mata a miles de personas.