Cumbre franco-española en Madrid
Sarkozy refuerza la apuesta de Zapatero por la vía policial
En un momento en que el Gobierno español dice apostar exclusivamente por la vía policial, el presidente francés, Nicolás Sarkozy, acompañó ayer esta posición conjunta de PSOE y PP con un discurso muy duro en el Congreso.
GARA | MADRID
Madrid y París han escenificado durante día y medio su sintonía total en la estrategia a seguir en Euskal Herria. En la cumbre bilateral celebrada en la capital española y a la que se ha otorgado un realce mediático enorme en el Estado español, el máximo mandatario del Estado francés, Nicolás Sarkozy, ha emulado y reforzado el discurso de José Luis Rodríguez Zapatero sobre el «combate contra ETA» y sobre la vía policial como única receta posible en este momento.
El punto culminante de este mensaje fue la intervención de Sarkozy desde la tribuna del Congreso, en una sesión especial que reunió tanto a diputados como a senadores y que casi nadie se quiso perder. Desde allí lanzó proclamas en contra de «transigir con los terroristas», que fueron traducidas por el PP como un rechazo a cualquier forma de negociación.
En ese escenario, Sarkozy no tuvo necesidad de referirse al problema político de fondo, que otras veces ha definido como cuestión propia del Estado español y no del francés. Se limitó a arremeter contra ETA y a prometer a Madrid que siempre tendrá su colaboración en este terreno. Lo hizo con términos bélicos como éstos: «No son más que unos asesinos y Francia luchará contra ellos hasta acabar con el último».
«La vanguardia del combate»
En otros extractos de su intervención, Nicolás Sarkozy acusó a ETA de querer ganar la batalla «escondiéndose detrás de las bombas, matando a inocentes» en lugar de librarla «en las urnas». Así las cosas, afirmó que el Estado francés, «patria de los derechos humanos, perdería su honor si fuese un santuario para los terroristas». Y destacó que en los encuentros realizados en este día y medio de visita hay que destacar el consenso para luchar «contra todos los terroristas» y formar «la vanguardia del combate».
El presidente del Congreso, José Bono, aplaudió expresamente la contundencia del mensaje del inquilino de El Elíseo. «No deja indiferente a nadie», indicó el dirigente del PSOE. Tanto el anfitrión como el visitante utilizaron el término de «santuario» para referirse a tiempos pasados. Bono afirmó que «hoy los asesinos no tienen el santuario del que disfrutaron y temen por igual a los gendarmes franceses que a los guardias civiles o policías españoles, y éste es un objetivo verdaderamente magnífico que hemos logrado también en su presidencia».
A renglón seguido, Bono expresó a Sarkozy el agradecimiento «por su personal implicación contra el crimen», una alusión que fue acogida con una salva de aplausos a los que se sumó Carla Bruni -esposa de Nicolás Sarkozy- desde su puesto en la tribuna.
El mandatario francés también echó una mano al Gobierno del PSOE al elogiar su actual estrategia de unión con el PP. En concreto, dijo que valora enormemente que los dos partidos principales dejen a un lado sus diferencias ideológicas en el tema vasco, «algo que el conjunto de Europa aplaude y admira».
De hecho, en su estancia en Madrid, Sarkozy no sólo se ha reunido con el secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, y con el Rey, Juan Carlos de Borbón, sino que también se ha entrevistado con Mariano Rajoy, presidente del PP, que es su socio político.
Zapatero, «muy brillante»
La cita ha estado rodeada de una expectación mediática y de un boato militar inusitado. Como dato, en la sesión especial del Congreso estuvieron muchos miembros del Gobierno español, además de los diputados y senadores. Unos y otros se agasajaron mutuamente: Sarkozy entregó a los presidentes del Congreso y el Senado una placa con la imagen de su residencia de El Elíseo, y recibió a su vez las medallas del Congreso y del Senado, una Constitución española en edición de lujo y un atlas.
Sarkozy fue presentado también a los portavoces de los grupos parlamentarios. Después de su intervención en el Congreso se celebró la denominada XXI Cumbre Bilateral, que en realidad fue una breve reunión destinada a escenificar los acuerdos alcanzados previamente en todo tipo de materias.
Sarkozy tuvo que responder a la reciente polémica sobre unas afirmaciones en las que parecía cuestionar la inteligencia de Zapatero. Pero ayer todo eran elogios. «Nuestra relación va mas allá de la fraternidad profesional», dijo Sarkozy, que preguntó al periodista «si acaso cree que carezco de experiencia y que podría caer en una trampa así. No», se respondió.
El inquilino de El Elíseo calificó a Zapatero de «muy brillante» y el de La Moncloa replicó que Sarkozy «es el mejor amigo que uno puede tener».
El mandatario francés saludó los logros españoles como «magníficos», pero advirtió de que «aún tiene un enemigo», en referencia a ETA, contra quien prometió ayuda.
Sarkozy destacó la unidad actual entre PSOE y PP, y dijo que toda Europa «la aplaude y admira». Según fuentes españolas, en la visita se ha hablado también de la entente para gobernar Lakua.
Mientras tanto, la operación de búsqueda de los dos presuntos militantes de ETA huidos en un cerco policial en la Borgoña concluyó también sin resultados después de su tercer día. El lunes, France Press afirmó que el operativo se había ampliado y que se centraba ahora en la zona de París, toda vez que parece evidente que los dos supuestos ciudadanos vascos huyeron gracias a dos vehículos robados en la noche del sábado.
El honor de hablar en el Congreso se concede sólo a los aliados especiales del Estado español. En los tres últimos años, antes que Sarkozy sólo han podido hacerlo los mandatarios de México y Argentina, Felipe Calderón y Cristina Fernández.
Los dirigentes de PSOE y PP festejaron sobre todo la alusión de Sarkozy a que el Estado francés «no es un santuario» para ETA. Pero no fueron los únicos. El portavoz del PNV, Josu Erkoreka, explicó que había aplaudido tanto física como verbalmente las palabras del líder francés porque su posición contra la organización armada «rompe con algunas sombras del pasado».
En una rueda de prensa ofrecida en el Congreso tras el discurso, Erkoreka se felicitó de las palabras de Sarkozy al considerarlas «notablemente diferentes» a los de sus antecesores y al entender que «ensombrecen el futuro de ETA». Pese a las excelentes relaciones entre ambos países, el último viaje de un presidente de la República francesa al Estado español para una cumbre de este tipo se había producido hace ya diez años, en 1999, en la época de Lizarra-Garazi. Entonces fue Jacques Chirac quien rindió visita a José María Aznar.
El PNV también usó las consideraciones de Sarkozy sobre la crisis económica para criticar a José Luis Rodríguez Zapatero, con quien el grupo jeltzale en el Congreso mantiene unas relaciones tensas tras el próximo acceso de Patxi López a Lehendakaritza. Erkoreka dijo que en este ámbito «se ve que en Francia hay un presidente con gran iniciativa, impulso y energía, y eso contrasta notablemente con la actitud del Gobierno español». Felicitó incluso a la ciudadanía francesa por ello.
Las muestras de satisfacción continuaron por el PP. Su portavoz en el Congreso, Soraya Sáenz de Santamaría, saludó las loas a la actual unidad de acción con el PSOE como «el mejor instrumento para acabar con ETA». Anunció además que el partido de Zapatero gozará del respaldo del PP siempre que mantenga la actual línea de «cerrar el paso» a la negociación. «Estamos muy pendientes de esa voluntad del Gobierno, y mientras su línea sea la derrota de ETA, tendrá el apoyo del PP», concluyó Sáenz de Santamaría.
Por parte del PSOE, José Antonio Alonso prefirió elogiar la «solidez» y «buen manejo de la retórica» de Sarkozy, y respecto al fondo del discurso resaltó la colaboración contra ETA. CiU también se mostró satisfecho por «las buenas relaciones» Madrid-París.GARA