La precariedad dispara la siniestralidad
El número de accidentes laborales se ha incrementado en lo que ha transcurrido de este año 2009, a pesar de que se contabiliza un número sensiblemente inferior de trabajadores en activo a causa del acusado incremento del paro. Esta combinación de cifras, aparentemente contradictoria, se explica con eficacia mediante una tercera variable: la precariedad. La crisis económica no sólo ha provocado que aumente el volumen de desempleados, sino que ha propiciado a la vez que la inestabilidad, la temporalidad y las abusivas condiciones laborales se hayan instalado en el mercado de trabajo merced a la agresiva iniciativa de la patronal y a la actitud pasiva de las instituciones públicas. La combinación de esos factores hace que se dispare, de forma inevitable y alarmante, la siniestralidad laboral.
Las centrales sindicales convocaron ayer diversas movilizaciones en Euskal Herria con motivo del Día Internacional de la Salud y la Seguridad en el Trabajo, y lo hicieron bajo el signo de la denuncia y la exigencia. La denuncia de las altas tasas de temporalidad, que en el ámbito del Estado español duplican la media europea; de la profunda dejación en la gestión de las políticas de prevención laboral, que demasiado a menudo tienen como fatales consecuencias la pérdida de vidas en el trabajo; y de las insuficientes medidas coercitivas hacia los empresarios, que incumplen las normativas de seguridad laboral a sabiendas de que hacerlo les sale barato. Y la exigencia a los gobiernos -a los que los sindicatos acusan de legislar y administrar para favorecer sin rubor a la patronal en detrimento de los derechos de los trabajadores- para que impriman a su gestión un giro de 180 grados hacia la defensa de la estabilidad laboral y la seguridad en los centros de trabajo.
Cada año se registran 130.000 accidentes laborales en Euskal Herria. En 2008, 112 personas se dejaron la vida en el trabajo. Las cifras hablan por sí solas y no pueden ser más elocuentes. Quienes no las quieren escuchar son responsables directos de uno de los dramas más cruentos a los que todavía se enfrenta nuestra sociedad.