CRíTICA cine
«Sicko» Dios es un seguro médico
Koldo LANDALUZE
Finalizado el prólogo, este documental imprescindible encadena un abrumador encadenado de testimonios que saca a relucir la conducta miserable de una política sanitaria gobernada por las poderosas compañías de seguros médicos: auténticos albaceas de la salud pública y caprichosos dioses que determinan la vida de los contribuyentes estadounidenses.
Cada palabra e imagen mostrada sacude la conciencia de un espectador que asiste atónito a las penalidades soportadas por una población cuyos días de vida se estipulan mediante cláusulas caprichosas y mucha letra pequeña; y es que, ni siquiera quienes pueden permitirse un seguro médico, están libres de padecer las calamidades burocráticas de estas compañías que utilizan métodos gangsteriles para evitar el pago de un tratamiento médico. Ante este penoso panorama, Michael Moore inicia un viaje por Canadá, Londres, París y La Habana para descubrir a sus conciudadanos una política sanitaria diametralmente opuesta a la que padecen. La escena fantasmal, recogida por una cámara de seguridad, en la que podemos ver a una paciente que, tras ser expulsada de un hospital por no poder pagar una cura, vaga por las calles vestida con una bata clínica o la odisea compartida por un grupo de bomberos que, tras contraer diversas enfermedades pulmonares mientras desescombraban la “Zona 0” tras el 11-S, no pueden hacer frente al gasto estipulado por las compañías médicas norteamericanas y se encuentran con la evidencia solidaria de los hospitales cubanos, conforman el contundente epílogo de este trabajo incisivo y de obligada visión.