Rafael Correa, presidente reelegido en una única vuelta en los comicios del domingo en Ecuador, un resultado que no se obtenía en ese país desde hace 30 años, afirmó el martes que «con ese gran triunfo electoral aún no se ha logrado nada» y condicionó su triunfo a conseguir justicia y equidad para el pueblo ecuatoriano.

En un breve discurso ante un grupo de seguidores que se acercaron al palacio de Carandolet para presenciar el tradicional cambio de guardia de los lunes, Correa señaló que «el triunfo será dejar al país sin miseria, sin ignorancia para que nuestro sencillo pueblo no sea presa de la demagogia y los farsantes de siempre».

Asimismo, ante los asistentes al acto, Correa renovó su compromiso «de no descansar hasta construir la patria que merecemos» y apuntó que ese proceso no es «trabajo de un solo hombre ni de un gobierno, sino de todo un pueblo».

Con el 77,1% de los votos escrutados por el Consejo Nacional Electoral, Correa obtuvo el 51,8% de apoyo, seguido por Lucio Gutiérrez con el 27,9% y el millonario Álvaro Noboa con el 11,6%.

Correa tiene previsto invertir 2.900 millones de dólares (2.200 millones de euros) en gasto social en 2009.