Ya pasó el enésimo «día histórico» que hemos vivido en esta tierra, y adivino a la lectora y el lector saturados de muestras de alborozo -unos- e indignación -los otros-. No les aburriré, pues, con las crónicas de lo sucedido. Al contrario.

Ayer en «La Razón» publicaba un tal Carlos Alsina una divertida columna en la que ponía a caer de un burro a los «analistas perezosos, crédulos o militantes» que «agarran el chorizo con la diestra -la chistorra con la siniestra- para arrearle duro al adversario» y adelantan acontecimientos que, a la postre, no siempre suceden.

Advertía de que está en juego la credibilidad de los opinantes y decía que «a menudo, palman».

Recordaba el de «La Razón»" que en el último año «escuché dar por hecho que (...) el PSOE en Navarra pactaría con NaBai para desalojar a la UPN y aprobar el órgano común vasco-navarro, primer paso para la entrega de la comunidad foral a los nacionalistas vascos. Error. Nunca pasó».

También recordaba a quien dijo que «Patxi López nunca intentaría gobernar Euskadi en solitario. Pactaría con el PNV a cambio de ser vicelehendakari consciente de que Zapatero jamás le autorizaría a evacuar a Ibarretxe a costa de quedarse solo en el Congreso de los Diputados. Error. Patxi lo intentó. Lo consiguió». Mira, en eso tiene razón.

También traía a colación a quienes dijeron que «el Partido Popular de Euskadi jamás apoyaría la investidura de un lendakari socialista que invitó a café a Arnaldo Otegi, sucumbió al encanto apaciguador de Eguiguren y consintió con las conversaciones de Loyola. Error. Sí que apoyó». A este respecto anotaba otro apunte: «caso de sufrir una enajenación mental transitoria que le hiciera olvidar que `Patxi nos helará la sangre', el PP vasco reclamaría a cambio de su apoyo alfombra roja, y txistularis, para entrar por arriba en el Gobierno autonómico. Error». Lo que son las cosas...

Y al final advertía: «Un Gobierno socialista en Euskadi promovería una nueva negociación con ETA que desembocaría en la rendición del Estado a las exigencias políticas de las pistolas. Error. No está en los planes de López, ni de Zapatero, dar nuevas oportunidades a la apestosa banda». El final de esa historia, Carlos, está por ver.