La aviación israelí bombardeó ayer los túneles de contrabando en el sur de la Franja de Gaza, en la frontera con Egipto.

Horas antes, las Brigadas Ezzedine al Qassam reivindicaron en un comunicado el lanzamiento de cuatro obuses contra tropas israelíes que, previamente, penetraron con tanques y excavadoras unos 300 metros al este del campo de refugiados de Al Bureij, cerca de Gaza capital.

El Ejército israelí sostuvo que, desde el final de la ofensiva militar en Gaza el 18 de enero, milicianos palestinos han lanzado 200 cohetes y obuses. Sin embargo, en una columna publicada en el diario «The New York Times», el líder de Hamas, Khaled Mechaal, garantizó desde su exilio en Siria que Hamas ha decidido suspender los ataques contra Israel «en interés de los palestinos».

Tal y como indicaron varios testigos, miembros de las fuerzas de seguridad de Hamas se han desplegado en zonas fronterizas de Gaza para impedir el disparo de cohetes y proyectiles de mortero contra Israel.

Por otra parte, un informe de la ONU denuncia las restricciones impuestas por Israel a los palestinos en Cisjordania que «redujeron considerablemente el espacio disponible para los habitantes de Belén, comprometiendo el desarrollo económico y social del municipio».

Debido a la extensión de las colonias israelíes y a la construcción del muro, los palestinos sólo tienen acceso al 13% de los 660 kilómetros cuadrados de Belén. La publicación del informe se produce una semana antes de la visita del papa Benedicto XVI a Cisjordania.

Al presidente israelí, Simon Peres, no le gustaron nada las conclusiones de la ONU, que las calificó de «escandalosas».