CHELSEA 1

F.C. BARCELONA 1

El Barcelona logró anoche, de manera agónica, la clasificación para la final de la Champions del próximo día 27. Un gran gol de Andrés Iniesta en el descuento permitió a los blaugranas obtener el billete para la cita de Roma. Allí, les espera el Manchester United, un conjunto que logró su pasaporte de una manera más brillante y bastante menos sufrida que los culés.

El tanto de Iniesta en Stamford Bridge entró por derecho propio en la historia del equipo catalán, tal y como lo hizo el de Joxe Mari Bakero en Kaiserslautern. Fue un 6 de noviembre de 1991, en los octavos de final de la Copa de Europa. Los azulgrana habrían conseguido una cómoda ventaja de dos a cero en la ida, pero en su visita al Fritz-Walter las cosas se torcieron. Los germanos remontaron la eliminatoria con tres goles y acariciaban su pase a la siguiente ronda.

En el último minuto, una falta botada por Koeman encontró la cabeza del goizuetarra y se adentró de forma inverosímil en las redes de la portería del equipo alemán. La locura se adueñó de los jugadores del Barcelona, que se echaron encima de Bakero. Uno de ellos fue un jovencísimo Pep Guardiola. Había sido sustituido, lucía ya un anorak rojo que le protegía del frío, pero fue uno de los futbolistas que celebró con mayor énfasis el tanto de su compañero. Meses después, el Barcelona se convirtió, por primera vez en su historia, en campeón de Europa.

El gol de Iniesta fue de una factura mucho más bella y permite a los culés seguir soñando con la consecución de su tercera orejona. La alegría que se desató entre los blaugranas fue el mejor indicativo de la trascendencia del tanto del manchego.

Sin embargo, la realidad es que el Chelsea fue mejor que el Barcelona en Stamford Bridge. Apoyado en una enorme presión y en un despliegue físico espectacular, consiguió anular el juego de los de Guardiola. La sombra del dos a seis del Bernabéu pesó en el subconsciente de Hiddink, pero aun así sus muchachos tuvieron ocasiones más que suficientes para ganar.

Essien abrió el marcador con una precisa volea desde fuera del área. En ventaja, el Chelsea realizó un trabajo defensivo espléndido. No permitió que el Barcelona disparase entre los tres palos hasta el postrero gol de Iniesta, se mostró acertado en los marcajes, ahogó a la medular culé y borró del partido a jugadores como Eto'o o Messi.

El Athletic, que la próxima semana tratará de volver a ser campeón de Copa, ya tiene espejo en el que fijarse. Es verdad que el Chelsea no ganó y gozó de poca posesión, pero tuvo más y mejores ocasiones que el Barça, derrochó casta y defendió con bastante acierto.

Drogba tuvo la ocasión de sentenciar, pero Valdés estuvo muy inspirado. Después del tanto del empate, los jugadores del Chelsea se quejaron amargamente de un posible penalti por mano de Samuel Eto'o.