Demjanjuk responderá en Alemania por la muerte de 29.000 judíos en Sobibor
El presunto criminal nazi de origen ucraniano John Demjanjuk aterrizó en Munich tras perder su larga batalla por zafarse de la Justicia, ante la que deberá responder del cargo de «complicidad en la muerte» de 29.000 judíos en el campo de exterminio de Sobibor, en Polonia.GARA |
La Justicia alemana tratará de demostrar lo que no logró la israelí hace veinte años: que el presunto criminal nazi John Demjanjuk no fue una víctima del nazismo sino un «Trawniki» -guarda voluntario- que pasó de preso a convertirse en brazo ejecutor del plan de exterminio nazi en el campo de concentración de Sobibor, en Polonia.
Tras dos meses de batalla judicial, uno de los últimos presuntos grandes criminales nazis aún vivos llegó a Munich en un avión especial procedente de Cleveland (EEUU), acompañado de un médico, un enfermero y un sacerdote. Demjanjuk vivía en EEUU, lejos de testigos, desde 1952 y su familia asegura que padece un tipo de leucemia. Desde el aeropuerto fue trasladado en ambulancia a la prisión de Stadelheim, donde se le realizó un primer examen médico en el que se constató que su estado de salud es estable.
Con la entrega se abre un nuevo capítulo en la larga trayectoria de idas y venidas ante los tribunales de Demjanjuk, quien se libró incluso de una pena de muerte dictada en Israel por «complicidad en la muerte» de 800.000 judíos, al constatar el Supremo dudas sobre que su identidad fuera la de «Iván el terrible», que actuó en Treblinka.
La Fiscalía alemana no le imputa ya haber sido el «Iván el terrible» que actuó en Treblinka, cargo en el que se centró el proceso abierto en Israel, sino haber trabajado entre el 27 de marzo y finales de setiembre de 1943 como guardián en Sobibor, donde fueron ejecutados unos 250.000 judíos polacos, alemanes, franceses, checos, eslovacos y holandeses. Se le acusa de «complicidad en la muerte» de al menos 29.000 personas.
Extrema crueldad
En Alemania tendrá que enfrentarse al testimonio del que se considera el último superviviente entre los presos de Sobibor. Thomas Blatt, de 82 años, quien recordaba en «Der Spiegel» la extrema crueldad de los «Trawniki» ucranianos. Blatt explicó que ellos «disparaban a los recién llegados viejos y enfermos que no podían avanzar» y eran quienes «empujaban a la gente desnuda a las cámaras de gas a golpe de bayoneta».
La Justicia alemana dictó el 11 de marzo una orden de detención contra él. Desde entonces, sus abogados han intentado, llegando incluso al Tribunal Supremo de EEUU, impedir su extradición a Alemania. En su opinión, Demjanjuk es demasiado mayor y está demasiado enfermo para sobrevivir a un proceso judicial. En un anterior intento de extradición, en abril, apareció en silla de ruedas, con la boca abierta y balbuceando, pero un vídeo posterior del Departamento de Justicia mostraba a un hombre mayor completamente animado.
En diciembre de 2008, la más alta autoridad judicial alemana estimó que un tribunal de Munich era competente para juzgarle, porque había vivido cerca de la capital bávara antes de emigrar, en 1952, a EEUU. Allí llegó Demjanjuk en 1942, según la Fiscalía, y ahí empezó su cooperación con los nazis en la que se fundamenta la acusación.
El presunto criminal siempre ha mantenido que fue reclutado por el Ejército soviético en 1941, que los alemanes le capturaron un año después y que le mantuvieron prisionero hasta 1944. Tras la Segunda Guerra Mundial fue reconocido como «Displaced Person» -ex confinados y esclavos del nazismo- y pidió autorización para emigrar.
Demjanjuk vivió tranquilamente como emigrado en EEUU hasta que a finales de los 70 se descubrió su presunta participación en el Holocausto. En 1981 se le retiró la nacionalidad estadounidense y en 1986 fue extraditado a Israel. Regresó a EEUU, donde vivió como apátrida junto a su familia, sacudido por nuevas amenazas de procesamiento -las últimas, desde Ucrania- y nuevos recursos.
John Demjanjuk es el tercero en la lista de los diez presuntos criminales nazis vivos más buscados del Centro Simon Wiesenthal, que encabeza Aloïs Brunner, brazo derecho de Adolf Eichmann, y el «médico de la muerte» Aribert Heim, al que se imputa la tortura y muerte en Mauthausen de cientos de presos. La lista la completan el ex policía húngaro Sandor Kepiro, acusado de matar a 1.200 civiles en Serbia; el ex jefe de la Policía croata Milivoj Asner; los antiguos miembros de las SS Soeren Kam y Heinrich Boere; el ex soldado húngaro Charles Zentai; el antiguo intérprete de la Gestapo Mikhail Gorshkow, y los ex policías lituano Algimantas Dailide y estonio Harry Mannil.
Los argumentos de la supuesta «tortura» que supone su extradición no le han servido ahora de nada al ex soldado del Ejército Rojo y presunto criminal nazi, de 89 años de edad, quien siempre ha afirmado ser víctima y no brazo ejecutor del nazismo.