Aunque Camacho no esté contando demasiado con él en el once inicial, César Cruchaga asumió ayer su papel de líder y de capitán, realizando esa labor tan importante dentro del vestuario de arengar a sus compañeros para conseguir una permanencia que se ha complicado mucho tras los últimos tropiezos. El de Ezkarotz dice haber notado cierto desánimo en el entorno tras el tropiezo de Getafe, por lo que solicitó un último esfuerzo para conseguir un objetivo que está convencido que pueden lograr.

Las últimas derrotas han generado cierto movimiento contra Camacho y el estamento arbitral, pero el central rojillo entiende que es tiempo de «hacer un último esfuerzo entre todos para darlo todo, al margen de buscar culpables. He visto desánimo y por eso quiero decir esto. Aquí no se rinde ni Dios y vamos a sacar esto adelante», subrayó para ser aún más incisivo, ya que prometió que este domingo irán «a muerte y con el cuchillo entre los dientes».

Lejos de mantener la regularidad necesaria en una competición tan larga, Osasuna lleva toda la temporada dando tumbos, con un inicio que dejó la salvación a años luz, una reacción espectacular que prometía un final de Liga tranquilo y un nuevo bajón que los condena a sufrir. «Hemos tenido la opción de salvarnos y el pensar que lo teníamos hecho quizás nos ha hecho relajarnos un poco. Ahora estamos con el agua al cuello y después de todo lo que ha pasado hay que olvidarse del pasado y pensar que nos quedan tres partidos y estamos dos puntos por encima de la salvación», analizó para advertir que «de esos tres partidos, dos son en casa, y con nuestra gente».

El capitán osasunista, además, añadió que «creo que somos un pueblo que no se rinde y nos levantamos cuando están mal las cosas, este es el mensaje que quiero lanzar. Tengo mucha fe en el equipo y quiero que la gente me crea», declaró para invitar al optimismo.

Petición al vestuario

En ese sentido, aclaró que el esfuerzo que pedía no se dirigía a la afición sino «a nosotros mismos. Los capitanes nos encargamos de que este mensaje cale dentro del vestuario. No quiero gastar saliva en hablar de partidos contra el Getafe, Málaga o Almería. Eso ya lo hablaremos cuando acabe la temporada. Ahora hemos hecho lo más difícil y tenemos que rematarlo».

También se mostró esperanzado ante el duelo de este domingo en Iruñea ante el Sevilla, del que indicó que «no tengo ninguna duda de que el Osasuna de el próximo sábado no se va a parecer nada al Osasuna de los últimos partidos y sí al de hace unas semanas».

En este sentido, el capitán rojillo confía en contar con el apoyo de una afición que vuelve a ser lo más destacable de toda la entidad en un año muy complicado. «Lo bueno que tenemos en Osasuna es la afición y que somos un pueblo unido cuando las cosas van mal. Al público no hay que decirle nada porque es el único que está demostrando que es de Primera División. Sólo hay que decirles que tenemos que estar unidos», señaló.

Casi en el mismo instante en el que el capitán estaba realizando estas declaraciones, un grupo de aficionados de la peña Panoramix se personaron en Tajonar para animar a los jugadores, para lo que les repartieron unas hojas con unas palabras dichas en su día por Larry Bird tras una derrota de los Celtics.