A última hora de ayer, Stéphane Etxegarai Etxe continuaba en dependencias policiales de la comisaría de Baiona, adonde fue trasladado por la mañana tras haber sido detenido por la Policía francesa a las 6.30 en su domicilio de Eiheralarre, por orden de la jueza Laurence Le Vert.

La Policía procedió al registro de su vivienda, de la que se llevaron algunas pertenencias personales. El registro se desarrolló bastante rápido y con tranquilidad, en presencia de la compañera de Etxegarai, que se halla en avanzado estado de gestación.

Aunque a falta de confirmación oficial, la detención tendría que ver con algún sumario de hace unos tres o cuatro años que estaría instruyendo la jueza parisina. Al parecer, se investiga la supuesta relación del periodista de Aldudarrak Bideo con alguna de las personas implicadas en dicho sumario que están presas. Algunos medios de comunicación relacionaban abiertamente la operación con la organización ETA.

A principios de año se produjo un caso parecido cuando la Policía arrestaba a Lorea Zeziaga en su domicilio de Baiona en el momento que salía del mismo para dirigirse al trabajo. La arrasatearra permaneció incomunicada en la comisaría de la capital labortana durante tres días, tras los cuales fue puesta en libertad sin cargos. También en aquel caso relacionaron el arresto con la investigación de un sumario abierto tras la detención de dos presuntos miembros de ETA a quien supuestamente les habrían encontrado el teléfono de Zeziaga.

Muy conocido

Etxegarai es muy conocido porque durante años ha trabajado en Irulegi Irratia. Además fue redactor jefe de Euskal Irratiak, asociación que federa a las cuatro radios euskaldunes de Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa. Precisamente los trabajadores de Euskal Irratiak hicieron público ayer su apoyo a su compañero detenido.

Askatasuna también denunció la «apuesta represiva en la que continúa empeñado ciegamente» el Gobierno francés. Para el organismo antirrepresivo, «la persecución de abertzales en Ipar Euskal Herria» es una muestra de los pactos entre Sarkozy y Zapatero, que «valiéndose de diferentes excusas detienen a la gente y la someten a interrogarios políticos para, en la mayoría de los casos, dejarlos en libertad sin cargos».