Horrillo nos disecciona el Giro, nos explica la motivación con la que llega Menchov y de cómo un padre habla y ve a sus dos niños a distancia.

¿Cómo se lleva un mes fuera con dos niños de uno y tres años?

Hasta que no tienes críos no lo valoras. Forma parte de tu trabajo y no es especialmente duro. Ahora sí lo ves como un sacrificio, cuando te planifican la temporada y tienes dos grandes vueltas. Me fui a las clásicas de Flandes y el niño no andaba y vuelves y anda. Es una pena perderlo, aunque con el ordenador y con las líneas wifi puedes hablar con él y verlo y no te pilla por sorpresa. Es lo primero que tienes en cabeza al llegar a un hotel cada día, ver si hay línea wifi y si es gratuita. Los que más utilizamos este sistema somos los que tenemos críos, para poder verlos y para que te vean a ti, para que no se les haga tan largo.

Y este año le tocan dos grandes...

Hablamos a principio de año y tenía la Vuelta seguro y se dudaba entre Giro y Tour, para el que estaba como reserva. Estábamos catorce y, en función de la gente que iba al Tour, se hacía el equipo del Giro. En febrero me dijeron que Denis quería llevarme a Italia, me he hecho a la idea y desde la Roubaix cambié el chip pensando en el Giro con la idea de estar con Menchov. Conozco bien su forma de correr y cómo le gusta moverse y tengo que intentar estar con él para ayudarlo con cualquier problema que pueda sufrir y en las etapas de montaña intentar colocarlo de cara a los puertos. Con los años conoces los recorridos y sabes dónde hay que hacer el esfuerzo para estar bien colocado. También era interesante que fuéramos rodadores para la crono por equipos. No habrá muchos sprints y si hay alguna llegada, en función de cómo esté, intentaré meterme. En California hice tercero tras Cavendish y Boonen y fue algo circunstancial porque Freire se cayó, estaba para lanzarlo y me tocó meterme. En California había un buen nivel de sprinters, pero en el Giro los sprints son muy disputados, caóticos e intentaré meterme, pero si veo mucho peligro lo importante es no caerse. No soy un velocista puro, pero si tengo opción de hacer algo, lo intentaré.

¿Cómo ve el recorrido?

Es cuando menos curioso, un recorrido atípico. Hace dos años lo corrí y éste es muy diferente a otros Giros. No está muy concentrada la montaña, hay tres bloques y son muchos. Ves pocas etapas fáciles. Todas tienen algo y es un Giro muy duro, con una crono durísima que será la clave de la carrera y donde las diferencias entre los favoritos van a ser muy grandes. El tiempo que saque el vencedor de esa crono será clave. Conozco la zona por donde se corre y se va a hacer durísima. Y todavía la última semana está la llegada al Vesubio, etapas muy rompepiernas y la del Blockhaus, con un puerto durísimo. Es muy duro y se va hacer más por los traslados. El tráfico en Italia está saturado y muchos días llegas al hotel a las ocho y sin poder recibir el masaje vas a cenar. Y te meten etapas de 250 kilómetros que pasan factura. La Vuelta y el Tour son carreras mucho más cómodas. Desde la cuarta etapa llega la montaña y es muy pronto. Otras veces la gente empieza un poco corta para llegar bien al final. Pero esta vez debes estar bien desde el principio con la tensión que eso implica. Será bonito para el espectador, pero para nosotros es demasiado duro.

¿Cómo plantea el Giro Menchov?

El año pasado lo corrió por primera vez como entrenamiento sin ninguna intención. Llevaba una progresión buena para llegar al 100% al Tour, pero tiene tal calidad que a nada que está bien, hace quinto. Pensó que si en esas condiciones hizo quinto, un poco más motivado y mejor preparado, podía meterse en el podio y es su objetivo. Ha cambiado la mentalidad. Lo importante es el Tour y quiere hacerlo allí bien, pero si tiene los deberes hechos antes, mejor. Piensa hacerlo bien desde el invierno, pidiendo compañeros para el Giro y está con ganas.

¿Se puede disputar Giro y Tour?

En el equipo a Rasmussen le funcionaba. Hace dos años estuve en el Giro con él antes de que se pusiera líder en el Tour y me decía que era lo que mejor le iba. El entrenamiento en casa no es como una competición. El ritmo de carrera que coges es mucho mejor. Si recuperas bien y sabes dosificar y llevas una temporada tranquila, es lo mejor. Claro que si llevas un año cargado, Giro y Tour es demasiado.

¿Será Astana el equipo a batir?

Siempre el Giro es una carrera para los italianos, se implican mucho y toman el mando. Astana ya ganó el año pasado y con el empujón mediático de Armstrong llevan a Leipheimer tapado y es más favorito que los italianos, pero tratarán de dejarles el trabajo pese a ser el equipo más fuerte. Los italianos llevan la voz cantante y la carrera irá relativamente bloqueada hasta la crono y desde allí, en función de las diferencias, la carrera será muy bonita para el espectáculo.

Los italianos se vuelcan con el Giro, Basso ha ganado Trentino y ha demostrado que ha vuelto para estar adelante y es uno de los grandes favoritos. Su equipo tiene que estar controlando la carrera, pero el máximo favorito es Leipheimer. Sobre todo habrá que ver los 62 kilómetros de contrarreloj y las diferencias, que son difíciles de recuperar. Para Basso su hándicap es que en la crono no lo veo al nivel de Leipheimer, que ha arrasado en todas las que ha disputado y que en una vuelta de tres semanas no suele fallar. Y luego puede influir la climatología, ya que si te hace malo a estas alturas del año en las altas montañas del Norte te condiciona todo.