Los vecinos de la localidad sakandarra de Urdiain multiplican su actividad ante la aceleración de los pasos para imponer un macropolígono industrial en la zona. Han conformado una plataforma cuya demanda es una moratoria que frene la política de hechos consumados desarrollada por las autoridades. Así, recuerdan que en octubre pasado se abrió un plazo de alegaciones, pero «el sigilo con que se ha llevado todo el proceso nos dejó sin posibilidad de recurrir». Y añaden que en enero ya se notificó la expropiación forzosa y urgente a 127 propietarios de tierras.

Ante esta situación, la localidad se movilizó y se presentaron 225 firmas de vecinos mayores de edad que piden la mo- ratoria. Acudieron también al Defensor del Pueblo de Nafarroa. Y ahora se han agrupado en una plataforma que incluye a personas de diversas sensibilidades políticas que «no vemos conveniente un macropolígono de estas dimensiones».

«Las tierras más fértiles»

En una comparecencia realizada ayer, recordaron que son dos los motivos que les mueven. Por un lado, «se trata de un polígono comarcal y no un polígono municipal acorde y armónico a un municipio como Urdiain». Por otro, «si se quiere actuar con responsabilidad y sentido político, no podemos obviar la especial situación de crisis económica y social, que cuestiona la ne- cesidad imperiosa de un proyecto así. No podemos volver a modelos industriales de antaño».

Su demanda no sólo se dirige al Gobierno navarro, sino también al Ayuntamiento de Urdiain, al resto de consistorios de Sakana y a la Mancomunidad, «ya que de todas estas instancias es también el derecho y el deber de decidir sobre un plan sectorial que concierne a la comarca en su conjunto». Con ese motivo, presentan una moción que les obligará a posicionarse.

En la demanda de moratoria se incide en que la implantación de suelo industrial supondría «destruir irreversiblemente las tierras más fértiles de nuestro pueblo (retirada de tierra aluvial y de la ribera del río con sustitución por zahorras y material de cantera para compactación del suelo), además de que el Ayuntamiento pierde el control y decisión sobre el polígono desde el principio».