Uruguay y el mundo de la literatura se despiden de Benedetti «callando»
«El dolor se dice callando» sentenció Eduardo Galeano. Y fue precisamente bajo un emotivo silencio como el poeta fue despedido en Montevideo. También hubo homenajes en otros rincones del planeta, que según Saramago «se hizo pequeño para albergar la emoción de las personas».
GARA | GASTEIZ
Durante la jornada de ayer se sucedieron las actividades que querían homenajear al escritor Mario Benedetti, una de las figuras más importantes de literatura hispanoamericana de la segunda mitad del siglo XX y que falleció el pasado domingo a los 88 años de edad. Además de actos, compañeros de oficio y gente con la que tuvo relación también mostraron su admiración por el intelectual fallecido.
El último adiós oficial se lo dieron en Montevideo, en el Panteón Nacional, donde aquel hombre de amplia sonrisa estuvo acompañado por sus amigos íntimos y cientos de ciudadanos anónimos. Entre todos, bajo un emotivo silencio, sólo roto por espontáneos aplausos de la multitud, se despidieron de Benedetti. Después del cortejo, las personas reunidas acompañaron al escritor por las calles de la capital uruguaya.
Uno de los testimonios más sobrecogedores fue el del escritor Eduardo Galeano, amigo íntimo de Benedetti. Ambos comparten además que son dos de los principales referentes de la cultura de izquierdas latinoamericana. Tal y como recoge la revista de cultura cubana «La Jiribilla», los periodistas se sorprendieron de que semejante maestro de la palabra, como es Galeano, no encontrara la forma de expresar lo que supone la pérdida de Mario. «Me parece que el dolor se dice callando», afirmó después de recordar que, además de enemigo de la inflación monetaria, también lo era «de la inflación palabraria».
El escritor y premio Nobel José Saramago fue más amplio en las explicaciones que ofreció en su blog, en las que afirmó que «el planeta se hizo pequeño para albergar la emoción de las personas». También resaltó el tráfico de poesía que estos días se está dando. «De súbito los libros se abrieron y comenzaron a expandirse en versos, versos de despedida, versos de militancia, versos de amor, las constantes de la vida de Benedetti», dijo. El resultado sirve ahora para compartirlo con los amigos, con los viejos lectores o con los desconsolados que «no se rinden».
El cantautor y amigo del poeta Daniel Viglietti reivindicó que «no necesita que lo idealicemos, porque es un ideal en sí mismo».
El director de Cultura del gobierno de Uruguay, Hugo Achugar, quiso diferenciar entre el «hombre bueno, de amplia sonrisa. El oficinista, el humorista, el actor de cine que hablaba alemán... y su bigote, sonrisa pícara» que fue enterrado ayer y «todo lo demás» que sigue vivo. Por ello animó a que todos «sigan cantando, como quería Mario, en esta orfandad cargada de futuros».
El poeta argentino Juan Gelman añadió: «Te despido pero no te despido, siempre estarás en mi y en el alma y el corazón de centenares de miles de personas que entraron a la poesía por la puerta grande de tus poemas. Hasta luego entonces»
El escritor Eduardo Galeano, un maestro de las palabras, no las encontró ayer. «No sólo soy enemigo de la inflación monetaria, sino también de la inflación palabraria. Y me parece que el dolor se dice callando».
El poeta argentino Juan Gelman no quiso despedirse de Benedetti, porque siempre estará en él y en el corazón de centenares de personas «que entraron en la poesía por la puerta grande de tus poemas».