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Travesía de la costa vasca Desde Donostia hasta Zumaia
Nos encontramos en el periodo anual de las marchas de fondo por montaña, que tanta aceptación tienen en el colectivo montañero. El 4 de junio del año pasado, proponíamos desde Mendia, la Donibane Lohizune-Donostia, una travesía de la costa vasca muy original, y dentro de la franja de las «benévolas». Ahora os sugerimos la continuación, desde la capital guipuzcoana hasta Zumaia, otra muy atractiva excursión montañera, para medir nuestra capacidad deportiva. Esta ruta intenta en todo momento buscar la orografía natural, pero no siempre es posible y en ciertos pasajes la ruta está algo humanizada con tramos cementados.
Desde Donostia
Para evitar ciudad, se inicia la caminata en el extremo de la playa de Ondarreta, en el Hotel Ezeiza. Todo este recorrido está balizado con diferentes marcas con las que hay que jugar. Al principio tiene el mendizale las rojiblancas de la GR 121 vuelta a Gipuzkoa, las blanquiazules de la vuelta a Donostia y las amarillas del camino de Santiago. Hasta Orio se deberán seguir éstas últimas, dado que las de la GR discurren por la senda litoral, más larga y exigente. Tras el precioso parque de Erregenea, el clásico camino conduce al excursionista a otro destino tradicional del excursionismo donostiarra, al caserío -antaño taberna- Balentin (Lekueder). Se deberá continuar por la carretera del pueblo de Igeldo, hasta la bifurcación con Amezti. Tras los primeros compases entre fantásticas villas de montaña, la ruta se convierte en camino para, surcando deshumanizados valles colgados, llegar a Lusarbe. De nuevo en la carretera en la siguiente gran curva se toma la calzada a Orio -bien señalizada-, para por San Martin eliza entrar por su estrecha y pintoresca kale nagusia y la iglesia San Nicolas de Bari hasta el muelle de la conocida villa marinera.
En Orio se recuperan las marcas rojiblancas para por sendero alcanzar la plaza de Oribazar y por camino cementado el collado de Talaimendi. A continuación, el excursionista derivará a la derecha, rodeando el camping, para asomarse a los acantilados de Zarautz, para deleitarse con el océano y los islotes de Mollarri en primer plano. La villa es el siguiente objetivo, a donde se acerca el deportista por el biotopo protegido de Iñurritza y el golf. Si la marea es baja hay que atravesar la localidad por la playa, un capricho, y en el extremo del pueblo, tras la residencia de ancianos se inicia el tramo final de la marcha, «la ruta del txakolí», desde Zarautz a Zumaia. Aunque hay varias alternativas, recomendamos para esta ruta la GR 121 -marcas rojiblancas-, que surca el litoral por el cordal cimero de Garate Gain. Se trata del sector más exigente, dentro de un orden. Tras el primer muro de Santa Bárbara, luego vendrán cuatro más, que sin embargo se superan correctamente ayudados del hermoso paisaje que se divisa, especialmente el marítimo terrestre con Getaria y todo el sistema costero y de interior, desde Matxitxako hasta Las Landas, que con días despejados y claros forma una danza de fantásticos colores. Todo este recorrido, un paisaje original, se enriquece con el mar de viñas de txakolí. Sus cepas plantadas ordenadamente y en terrazas buscan el sol y la humedad de esta tierra, para obtener el exquisito caldo con su punto de acidez. Tras acercase el camino a Azkizu, toma directamente el rumbo hacia el destino final, Zumaia, que, de súbito, aparece radiante al fondo del valle, en un entorno natural de carácter agrícola y rural. Buscando el borde del cordal, el marchador pisará las cercanías de la villa por el museo Zuloaga para acercarse al casco histórico, dando por terminada esta original marcha de fondo, en las puertas de la iglesia fortaleza de San Pedro. Este recorrido, puntualizamos, es apropiado para todo tipo de montañero normalmente preparado físicamente. En la llegada dos compromisos ineludibles, preparar la siguiente etapa de éste trekking del litoral vasco y brindar el buen fin con txakolí.