Crónica | Salud laboral
Eliminar el riesgo en la empresa es esencial para evitar la siniestralidad
Eliminar el riesgo y una investigación adecuada de los accidentes y enfermedades son dos elementos fundamentales para anticiparse a la siniestralidad. Sin embargo, en Hego Euskal Herria se producen tantos accidentes sin baja como con baja, lo que muestra que el riesgo no se controla. Si se le añade el efecto de la economía sumergida nos encontramos con una realidad dramática.
La pasada semana se celebró en la Feria de Valencia la quinta edición de Laboralia, Feria Integral de la Prevención, Protección, Seguridad y Salud Laboral, que también acogió el Integrated Management Systems (Inmas) Fórum. En este encuentro participó el prestigioso profesor John Adams, del University College London, que desarrolló la ponencia sobre las preocupaciones sociales en torno al riesgo.
Para Adams, «la sociedad se preocupa cada vez más por prevenir los riesgos, aunque las acciones que se implantan son muy diferentes» y como conclusión principal de su ponencia aseguró que en la prevención de riesgos laborales «has de pensar en cómo lograr que desciendan los riesgos, porque así es como se protege a la gente».
Sin duda este elemento es clave en la evolución de la siniestralidad y en la aparición de las enfermedades profesionales. Si vamos a la realidad, en Hego Euskal Herria se producen en torno a 62.000 accidentes laborales con baja, pero hay otros tantos que no causan baja. Se les considera incidentes, pero muestran la realidad de que el peligro acecha dentro de las empresas. El riesgo, que dice el profesor Adams, está ahí. Si se estudia la evolución de los últimos años, se comprueba que se mantiene en un nivel similar, lo que demuestra la poca atención de las empresas por eliminar ese posible foco de accidentes. Los técnicos en prevención consideran que se producen esos accidentes sin baja por la falta de prevención.
En estos encuentros se ha puesto de manifiesto la necesidad de «llevar adelante una investigación eficaz de los accidentes de trabajo enfermedades laborales» para conocer de forma efectiva el problema de la falta de prevención. Cierto. Sin embargo, a las trabas que ponen los empresarios se unen otros problemas importantes como es que en torno a un 20% de la población trabaja en la economía sumergida, con lo que la prevención de riesgos no la tienen garantizada, tampoco el apoyo médico en caso de baja, ni cuentan dentro de las estadísticas oficiales de siniestralidad.
El último informe del Consejo de Relaciones Laborales (CRL) en relación a la «Situación sociolaboral de la CAV», referido al primer trimestre, indica, por otro lado, que casi un 3% de los asalariados de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa se encuentra sin contrato alguno.
Extrapolando esos datos al conjunto de Hego Euskal Herria resulta que alrededor de 23.000 trabajadores están empleados sin contrato, por lo que tampoco tienen derechos en materia de seguridad y salud en el trabajo. Se encuentran en circunstancias similares a los de la economía sumergida.
Este es un problema importante que en este momento de crisis vuelve a ocupar parte de la actualidad, porque los empresarios se están aprovechando de la situación no sólo para reducir el empleo y pagar indemnizaciones inferiores, sino para contratar de forma irregular, de tal forma que los trabajadores se encuentran desamparados ante los accidentes y enfermedades de trabajo.
En lo que llevamos de año, han fallecido al menos 31 trabajadores en Euskal Herria. Los datos oficiales entre enero y marzo confirman que se han producido 10.567 accidentes de trabajo con baja. Marcan una reducción de la incidencia de la siniestralidad en las empresas como consecuencia de la falta de actividad económica y productiva. Sin embargo, hay que recordar, una vez más, que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales establece que es responsabilidad de los empresarios el garantizar la seguridad y la salud de los trabajadores. Ése es un factor esencial que no se tiene en cuenta. Junto a eso, la necesidad de formar e informar a los trabajadores de los riesgos a los que se enfrentan.
Tampoco debe olvidarse que, aunque en este momento los niveles de siniestralidad se hayan reducido de forma acorde con los expedientes de regulación de empleo, no se debe obviar la seguridad y la prevención en los centros de trabajo. Ese es un derecho que tienen los trabajadores y que el empresario no debe olvidar de ninguna de las maneras, aunque ni la Inspección de Trabajo ni la Administración pública son capaces de poner fin a esa situación.
Juanjo BASTERRA