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Crece la tensión interpalestina tras un tiroteo con seis muertos en Qalqilia

La tensión entre Hamas y la Autoridad Palestina regresó a niveles desconocidos tras un choque armado que se saldó con seis muertos en la ciudad cisjordana de Qalqilia y pone en peligro la continuidad del diálogo interpalestino. Tres policías palestinos, dos milicianos de las Brigadas Ezzedine al-Qassam y un civil murieron en un tiroteo cuando la Policía de Abbas trataba de detener a los dos combatientes buscados por Israel.

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El enfrentamiento entre policías de la Autoridad Palestina (ANP) que preside Mahmud Abbas y milicianos de las Brigadas Ezzedin al-Qassam, brazo armado de Hamas, estallaron poco después de la medianoche del sábado, cuando los agentes de la ANP trataron de detener a Mohammad Samman, jefe de las Brigadas en el norte de Cisjordania, y a su adjunto, Mohammad Yassin, que se habían atrincherado en una vivienda después de que varios policías trataran de identificarles.

Las fuerzas del orden leales a Abbas atacaron con granadas el edificio y conminaron a los milicianos a rendirse. Los policías pidieron ayuda a una unidad conjunta de los servicios de seguridad palestinos y unos doscientos agentes rodearon la vivienda y comenzaron un tiroteo que se prolongó durante seis horas. Las fuerzas de seguridad detuvieron a varios hermanos de Samman y Yassin para que presionaran a sus familiares para que se rindieran, a lo que unos y otros se negaron.

En el choque murieron los dos dirigentes islamistas, tres policías de Abbas y el propietario de la vivienda donde los primeros se atrincheraron para evitar su arresto, ya que, según fuentes islamistas, temían ser torturados y entregados a Israel. Samman y Yasin eran buscados por las fuerzas de ocupación israelíes desde hace seis años y habían sobrevivido a numerosas tentativas de asesinato y detención.

El enfrentamiento armado de ayer, el más violento desde los seis días de los choques de junio de 2007 en Gaza que dejaron un centenar de muertos, ha elevado notablemente la tensión entre Hamas y al-Fatah, que debían alcanzar un acuerdo de reconciliación en El Cairo antes del 7 de julio, fecha tope marcada por el mediador, Egipto, tras meses de negociaciones fallidas.

Hamas condenó, a través de un comunicado, «un crimen cometido por bandas que trabajan para los sionistas» y afirmó que «Mahmud Abbas, su Autoridad y sus servicios de seguridad han superado la línea roja y tienen toda la responsabilidad de este crimen abyecto».

«Atribuimos a Abu Mazen (Abbas) la responsabilidad personal del asesinato de nuestros santos luchadores y su papel en la erradicación de la resistencia (contra Israel), subrayó Fawzi Barhum, portavoz de Hamas en Gaza. «Tampoco excusamos a los líderes de al-Fatah de su responsabilidad, porque siempre defienden a capa y espada y vitorean todo lo que hace Abu Mazen», matizó.

Pocas posibilidades de diálogo

Asimismo, estimó que «hay pocas probabilidades» de que el diálogo interpalestino pueda continuar. «Al-Fatah debe elegir entre dialogar con nosotros o seguir con el trabajo sucio para el enemigo sionista».

Salah al-Bardarwil, otro portavoz de Hamas en Gaza, indicó que «estamos estudiando suspender en el diálogo de El Cairo en respuesta al asesinato de dos luchadores santos en Qalqilia», una acción que atribuyó a «una conspiración de la ANP e Israel».

Ihabal-Ghusein, portavoz del Ministerio de Interior del Gobierno de Hamas en Gaza, calificó lo sucedido de acto de «alta traición» contra la resistencia palestina ante la ocupación.

Por su parte, las Brigadas Ezzedin al-Qassam ven la «preparación de una nueva era orientada a tratar de librarse» de los milicianos de Hamas que -advirtieron- sólo «encenderá la mecha de una explosión en Cisjordania» contra los cuerpos de seguridad leales a Abbas. Señalaron que «todos aquellos que atacan a los muyaidines deben esperar una respuesta de la resistencia.

En una rueda de prensa, su portavoz en Gaza, Abu Obaida, indicó que las fuerzas de seguridad de la ANP habían estado persiguiendo a los dos milicianos abatidos en los últimos tres días y añadió que las fuerzas de ocupación israelíes participaron en el enfrentamiento. Aseguró que los activistas de las Brigadas no distinguirán entre las fuerzas de seguridad de Abbas y los soldados sionistas, porque «la seguridad de la ANP trabaja como una de las brigadas de las fuerzas de ocupación israelíes».

Las fuerzas de la ANP se coordinan con el Ejército sionista y uno de sus cuerpos recibe entrenamiento de EEUU en Jordania, lo que lleva a parte de la ciudadanía palestina a percibirlos como «colaboracionistas» con Israel que se dedican a arrestar palestinos en lugar de combatir la ocupación.

«Mentiras»

Un alto responsable de la ANP calificó todas esas acusaciones de «mentiras» y dijo que ésta «tiene el deber de imponer la ley y la seguridad y no tolerará el caos». Al-Fatah, por su parte, denunció que las fuerzas de seguridad de Hamas en Gaza arres- taron a 16 de sus combatientes tras el tiroteo de Qalqilia.

Desde junio de 2007, tanto Hamas en Gaza como la ANP en Cisjordania han reprimido y arrestado a partidarios del movimiento rival, y no es la primera vez desde entonces que ambos grupos recurren a las armas.

La Brigadas denunciaron la detención de una veintena de sus milicianos en los últimos días en Cisjordania, arrestos que la ANP vincula al tráfico de armas, blanqueo de dinero e incitación a la violencia.

Protesta de presos palestinos por la asignación de carceleras

Los presos islamistas palestinos de la cárcel israelí de Ramón han anunciado que realizarán una huelga de hambre de dos días semanales para protestar contra la asignación de mujeres a las tareas de registro de los prisioneros, informó la fundación Tadamun, citada por el Centro de Información Palestino, afín a Hamas.

La esposa del preso Husam Badran explicó a Tadamun que la dirección de la prisión ha asignado recientemente a mujeres reclutas a tareas de registro e inmovilización de los presos cuando son trasladados.

Los presos de Hamas y de Yihad Islámica de las secciones 3 y 5 del citado centro penitenciario han manifestado su rechazo a esa medida y remitido una queja por escrito a la dirección, pero el alcaide rompió el documento y amenazó con aplicar sanciones a los responsables, según las mismas fuentes.

La esposa de Badran indicó que entonces los islamistas anunciaron dos días semanales de huelga de hambre como forma de presión para que se dé marcha atrás a la decisión. En respuesta, asegura, la dirección de la cárcel ha tomado medidas de represalia como cortar la corriente eléctrica, prohibir la compra de artículos en el comedor o suprimir las visitas. GARA

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