A tres jornadas de que concluya la temporada en Segunda, las incógnitas por desvelar se van reduciendo.

Sobre todo en la parte baja. Lamentablemente, porque éso significa que el Eibar ya está en Segunda B. No le habría bastado, por el empate del Celta, pero los azulgranas ni siquiera cumplieron con su parte y, al prolongar su mala racha -ya son 14 las jornadas sin victoria- cayendo en Chapín (3-0), dilapidaron sus exiguas posibilidades matemáticas. Otro tanto sucede con el Alicante, al que la derrota en Murcia (3-1) le coloca ya en Segunda B.

Con el Sevilla Atlético también descendido desde hace semanas, sólo queda libre un billete al infierno. De momento, en manos del Alavés, aunque la victoria frente al Huesca (3-0), deja la salvación en sus manos.

Tres puntos separan ahora mismo al equipo albiazul del Celta, al que visita la próxima semana. Teniendo en cuenta que los gallegos se impusieron por 1-2 en Mendizorrotza en la primera vuelta, un triunfo del Alavés que mejore ese resultado dejará a ambos equipos empatados a puntos pero con el golaverage favorable para los de Javi López: es decir, con el Alavés fuera del descenso.

Más halagüeño aún se presenta el futuro para los primeros clasificados, que tocan ya el ascenso con los dedos de la mano. Los tres primeros clasificados siguen sin fallar -ganaron Xerez, Tenerife y Zaragoza-, pero esta vez sí lo han hecho sus perseguidores.

Ha perdido todas sus opciones la Real, tras caer en Anoeta ante el Córdoba (0-2) y sólo un milagro puede avalar al Rayo, tras su nuevo tropiezo ante el Levante (1-0). Los madrileños deben ganarlo todo y esperar que suceda lo contrario con el Zaragoza, al que reciben en la última jornada y al que se impusieron en la primera vuelta. Y también ha visto muy reducidas sus opciones el Hércules: empató con el Celta (2-2), con penalti fallado por Farinós incluído, y se sitúa ya a cinco puntos del Zaragoza.

El principal beneficiado por la situación ha sido el Xerez. A los andaluces -que deben enfrentarse a Tenerife, Celta y Huesca- les basta un punto para certificar el ascenso, aunque si no lo consiguen sólo una carambola mayúscula les apearía de la zona. Algo más, cuatro puntos, necesita el Tenerife -que sólo ha perdido un encuentro en las veinte últimas jornadas- para asegurarse el regreso a Primera.