Lillo desvela que pudo renovar en febrero
GARA | DONOSTIA
La variabilidad del mundo del fútbol le ha terminado jugando una mala pasada a Juanma Lillo. El técnico tolosarra pudo renovar con la Real Sociedad el pasado mes de febrero pero, por diversas circunstancias, ello no se llegó a concretar sobre el papel con su firma y ahora el preparador guipuzcoano deberá abandonar el banquillo txuri urdin ante la llegada del uruguayo Martín Lasarte.
El actual míster de la Real desveló que, tras perder contra el Hércules, el director deportivo del club, Lorenzo Juarros «Loren», le propuso prorrogar su contrato para la próxima temporada, algo que valoró en su día, por lo que suponía de «calma en medio de la tempestad». Sin embargo, la opción no se materializó y ahora ya se le ha buscado relevo.
Correcto en el tono, Lillo aseguró que «acata» la decisión del Consejo de Administración de la entidad txuri urdin. «Me he sentido muy a gusto e identificado y esto no cambiará, lo siento como propio. Uno ya es pasado y ahora hay que intentar que el futuro sea halagüeño porque ese futuro es de todos», declaró el tolosarra en su habitual encuentro semanal con los medios de comunicación.
En este sentido y aunque se sienta dolido por la determinación adoptada por los rectores del club, declinó realizar ningún tipo de manifestación que pudiera entenderse como una declaración de guerra entre ambas partes.
Así, volvió a tirar de literatura para ilustrar sus sentimientos, recurriendo a un proverbio popular. «Cuando dos elefantes chocan, la que se resiente es la hierba» fue el refrán que utilizó para expresar su intención de no entrar en polémicas con el Consejo cuando todavía quedan tres encuentros para la conclusión de la Liga.
En esta misma línea, solicitó respeto para que no se vea afectada la «estabilidad» que, en su opinión, existe en el vestuario en este tramo final de la competición y recordó que «quedan tres partidos, hay que ganar al Rayo e intentar ser quintos o cuartos, si se puede».
Plantilla corta y lesiones
Como avance de una primera valoración de lo que ha sido la temporada, Lillo achacó el que el equipo no haya conseguido el objetivo del ascenso a «la plantilla corta y las muchas y largas lesiones de varios meses en jugadores importantes». A su entender, ello no ha sido obstáculo para que se hayan conseguido «cifras meritorias».
El tolosarra recaló en la Real Sociedad a primeros de abril de 2008, con Iñaki Badiola todavía como presidente del club, siendo el recambio de Joserra Eizmendi, quien regresó al Sanse. Bajo su dirección, el conjunto txuri urdin a punto estuvo de lograr el ascenso la pasada campaña, de no ser por el infausto final de Mendizorrotza, y este año el equipo ha tratado de navegar entre las turbulentas aguas de la entidad donostiarra.