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Camio niega todas las acusaciones y espera «no tener que llegar a juicio»
El ex alcalde de Getaria Mariano Camio (PNV) llegó al Juzgado de Azpeitia «con la conciencia tranquila» y, tras cerca de ocho horas de declaración -sin ni siquiera parar para comer-, salió «con muy buen ánimo». El principal imputado en la trama del Museo Balenciaga sólo contestó a las preguntas de la Fiscalía, mientras que rechazó responder a las cuestiones planteadas por la Fundación Balenciaga y la sociedad Berroeta Aldamar.
Ane ARRUTI | AZPEITIA
«Cuando uno tiene la conciencia tranquila viene tranquilo», fue lo único que declaró Mariano Camio antes de acudir a la citación del Juzgado de Instrucción número 1 de Azpeitia, que ha comenzado a tomar declaración a los principales imputados en la trama del Museo Balenciaga. Tras la declaración antes de ayer del arquitecto cubano Rolando Paciel, ayer era el turno del ex alcalde de Getaria, gerente de la sociedad Berroeta Aldamar y vicepresidente de la Fundación Balenciaga, a quien la Fiscalía responsabiliza de un delito continuado de administración desleal, otro de apropiación indebida y un tercero de falsedad de documento mercantil, además de un delito societario y otro de malversación de caudales públicos.
La declaración, a puerta cerrada, que debía comenzar a las diez de la mañana pero se retrasó y además se vio interrumpida por una caída del sistema informático, terminó pasadas las seis y media de la tarde. Camio contestó a las preguntas planteadas por los dos fiscales y en todo momento mantuvo que en su ejercicio no existen hechos delictivos, por lo que «no hay base penal». Según manifestó el abogado de Camio, Alfonso Trallero, «el trabajo de la Policía no es correcto. Hay cosas que se han evidenciado hoy y que son errores manifiestos. Tanto Mariano como yo, confiamos en que esto no llegue a juicio». A la salida del juzgado Camio añadió que «se ha aportado documentación que argumenta todo lo que digo».
Un proceso que va para largo
Las obras del museo dedicado al modisto Cristóbal Balenciaga están paralizadas desde el 2007. El abogado Trallero lo achaca a «un error en la creencia de que el proyecto iba a ser apoyado económicamente por patronos e instituciones, más de lo que ha sido finalmente. Se ha contado con un fondo que han dicho que iba a llegar y que no llegó o llegó más tarde, y eso ha obligado a hacer una serie de ajustes en algunas partidas del proyecto que ha provocado tensiones». Además añadió que «en las obras técnicamente no ha habido ningún retraso. Cuando no había dinero para pagar hemos parado».
Camio optó por no contestar a las preguntas de las acusaciones de la sociedad Berroeta Aldamar y la Fundación Balenciaga, «porque se han portado injustamente con él. Ha dedicado muchos años de su vida a la Fundación Balenciaga y ni siquiera le han llamado a él para que explicara nada. Directamente se fue a esta denuncia y a la Fiscalía», explicó Trallero. Los abogados de las dos instituciones abandonaron la sala antes de finalizar la declaración. Joanes Labaien, abogado de la sociedad Berroeta Aldamar, manifestó que «esto va para largo. Hay muchas preguntas y tendrán que pasar muchos testigos. Esto no ha hecho más que empezar».
Argilagos, ilocalizable
El tercero de los principales imputados, el arquitecto cubano Julián Argilagos que, según la querella de la Fiscalía, «mantenía una intensa relación sentimental» con Mariano Camio, tendría que declarar el próximo lunes pero, lo único que se sabe de él, es que está en EEUU, probablemente en Miami. Camio declaró que «no sé por qué se le ha imputado. El señor Argilagos obedece una serie de órdenes». Aunque carecía de un título de arquitecto homologado en el Estado español, Trallero explicó que «ésta es una situación frecuente, ya que otros prestigiosos profesionales, como es el caso de Frank Gehry al frente del museo Guggenheim de Bilbo, tampoco tienen sus acreditaciones homologadas. Argilagos se encargó del diseño del proyecto que después fue firmado y visado por el Colegio de Arquitectos Vasco-Navarro».
La querella detalla que Camio realizó una gestión «gravemente dañosa» para la sociedad y la fundación con el fin de «enriquecer» a Argilagos. Según Trallero, «todos los pagos a Argilagos son por trabajos realizados».
En cuanto a la acusación de la apropiación de pañuelos de la colección del modisto, Camio aseguró que esos pañuelos se los regaló Ramón Esparza, el secretario particular de Balenciaga. Añadió, además, que los viajes a EEUU que hizo junto a Argilagos no eran para su lucro personal.