Europako legebiltzarrerako hauteskundeak
Díez anima a echar un pulso el 7-J para superar el bloqueo
Oihana Llorente
El movimiento obrero de Euskal Herria fue alabado ayer por el miembro de la Ejecutiva Intersindical Canaria y candidato por Iniciativa Internacionalista, Antonio Sardá, que saludó a los sindicalistas que abarrotaron la sala agradeciéndoles el «grito de dignidad» lanzado mediante la reciente huelga general.
Su intervención fue aplaudida y agradecida por el ex secretario general de LAB Rafa Díez Usabiaga, que volvió a dar las gracias por la oportunidad brindada por esta coalición a las gen- tes abertzales y de izquierdas del país. Díez incidió, además, que II-SP ha otorgado una «excepcional ocasión» para «dar una respuesta potente a la estrategia ilegalizadora» del mismo modo que ofrece la opción de «exhibir el verdadero mapa político del país». El militante abertzale equiparó la acción de depositar el voto de II-SP con lanzar un pulso «para sacudir la situación y desbloquearla», por lo que animó a dar ese primer paso este domingo.
Aseguró que ha costado «sangre, sudor y lágrimas» llegar a esta situación política que calificó como el «umbral del cambio». Y no titubeó a la hora de afirmar que «ahora lo que toca es ganar el cambio político»
Tampoco mostró dudas de los resultados que vaya a cosechar la coalición de izquierdas en Hego Euskal Herria, donde aseguró que se volverá a retratar que el movimiento independentista «es una fuerza emergente». Indicó, en este sentido, que en el mapa político que se elaborará a partir de los resultados del domingo quedará patente «la locomotora política que llevará a este país a otro escenario en los próximos meses», y aseguró que la izquierda abertzale «tiene toda la intención de jugar ese papel».
Las palabras de ilusión lanzadas por el sindicalista abertzale cambiaron de tono cuando aludió a las declaraciones de formaciones como Aralar, desde donde se ha tildado de española a la lista de II-SP. Díez les exigió que no sean ellos, «los teloneros del partido del Bierzo y la Chunta Aragonesista, los que den lecciones de abertzalismo».
Las alusiones a la actual situación económica no faltaron en boca de los sindicalistas, pero fue Díez quien detalló que el cambio político y social van de la mano en Euskal Herria, por lo que reivindicó un marco de relaciones laborales propio.