Corría el año 1995. Quedaban escasos segundos para la conclusión del primer partido de las finales de la NBA que disputaban Houston Rockets y Orlando Magic. El base de los Magic, Nick Anderson, llegó a fallar hasta cuatro tiros libres entregando en bandeja de plata la victoria a unos Rockets que acabaron barriendo a los de Florida por 4-0.

El 7 de junio de 2009 los Magic volvieron a tener la oportunidad de ganar su primer partido en una final absoluta de la NBA. Lucharon hasta el final para optar a la victoria pero el sueño acabó fuera del aro angelino. Los Lakers se impusieron a Orlando por 101-96 en el segundo partido de las series finales. Tras empatar en el tiempo reglamentario, 7 puntos de Pau Gasol en la prórroga para un total de 24, dieron la victoria a los Lakers que colocaban así el 2-0 en el global de la eliminatoria.

El choque tuvo un nombre propio: Courtney Lee. El rookie tuvo el partido en sus manos hasta en dos ocasiones en los últimos instantes de partido. A falta de 10,5 segundos, y con 88-88 en el marcador, Lee erró una bandeja. Los Lakers pidieron tiempo muerto cuando apenas quedaban 9 segundos con las ideas claras. Kobe Bryant, más espeso que en el primer partido pero con grandes números (29 puntos y 8 asistencias con 50% en tiros de campo), se la iba a jugar en el momento clave.

Pero el plan no le funcionó a Phil Jackson. Kobe dribló hasta la cabeza de la pintura pero allí le aguardaban todos los titulares de los Magic para taponar su intento de canasta. Fue Hidayet Turkoglu, llegando desde atrás, quien obstaculizó el lanzamiento de Bryant para lanzarse hacia el balón y pedir tiempo muerto.

El reloj señalaba el final del tiempo reglamentario y la bocina había sonado pero las protestas de Orlando hicieron que los jueces, tras revisar el vídeo, dieran 6 décimas a los Magic. Desenlace de thriller sicológico y Alfred Hitchcock con el cuchillo preparado tras la cortina de la ducha. Turkoglu es el encargado en sacar de banda, no lo ve claro y vuelve a pedir tiempo muerto. En el Staples Center el sudor entra en estado de ebullición y los corazones repican como si fuesen tambores de guerra.

Turkoglu vuelve a la banda, todo el mundo tiene la vista puesta en Rashard Lewis que ha anotado 34 puntos y es, de largo, el mejor tirador de los de Florida. Turkoglu se decide a soltar el balón con un perfecto pase en parábola que vuela hacia Lee, este recoge el pase pero ante la presencia de Gasol, lanza a tabla y el balón se niega a acariciar la red. Es tiempo de prórroga en el Staples Center, y en el tiempo añadido el buen hacer de Gasol, Bryant y Lamar Odom terminaron de hacer el resto.

Comienzo táctico

El partido comenzó siendo un engrudo en el que el balón flotaba sin dificultades pero del que era complicado sacar algo bonito que llevarse a la boca. Las defensas corrían más, eran más fuertes y mejor pensadas que los ataques. Como nota curiosa y negativa del encuentro, cabe destacar que el empate a 15 tras los primeros 12 minutos es el marcador más bajo de la historia de la liga desde que se utiliza el reloj de posesión.

El segundo y el tercer cuarto cambiaron ostensiblemente respecto al primero gracias a las aportaciones de los aleros de Orlando. Lewis, en el segundo, dio una exhibición anotadora con 18 puntos, mientras que Turkoglu decidió lucirse en el tercer periodo con 14 tantos.

En los Lakers, al igual que en el primer partido, se impuso la claridad de ideas, poniendo en juego casi todas sus fichas en la partida de ajedrez. El juego en equipo posibilitó a los californianos no perder el contacto en el marcador y llegar con opciones al momento de la verdad.

Esta noche, sin apenas tiempo para despertar de la pesadilla, los Magic intentarán aprovechar la presión que ejercerán sus seguidores. Si no funciona el comodín del público, el 4-0 ó el 4-1 estarán servidos.