Resulta que eran las diez de la noche cuando se conocieron los resultados de las elecciones europeas, que a las doce de la noche estaba todo el pescado vendido y todas las frases hechas refritas, los recuentos eran auténticos cuentos recontados, la idea de Europa definitivamente convertida en un humo tenebroso, y las televisiones recorriendo salones, esquinas y figurantes diversos para ir manteniendo una sensación de que se estaba ante algo importante.

Probablemente lo importante era saber el porcentaje de participación en los veintisiete países que concurrían, los resultados en los que quedaba claro que la derechización es más que una sensación una terquedad que nos coloca ante la imperiosa necesidad de no quedarse esperando que vengan a por nosotros. Los detalles nimios de bajadas y subidas porcentuales forma parte del ritual de descreimiento, de desdemocratización, de aniquilación de cualquier posibilidad de rebelión y hasta alejando la opción más ingenua de la reforma. Camina hacia la osteoporosis política, a la coagulación de los flujos renovadores. Todo azul, demasiado azul. Por eso los votos que no sean ni de la derecha, ni de la derecha tibia, ni de la extrema derecha, deben cuidarse, resguardarlos de las depresiones y volverlos a sacar a lucir al sol para que no nos despertemos cualquier día de estos congelados y sin aliento.

Pero hay algo que la propaganda no puede desmentir y es que según Sofres, nuestro oráculo, ni antes, ni durante ni después, estas elecciones y sus debates han tenido ningún peso real en la audiencia. Es el diagnóstico más claro, todos los espacios electorales de todas las cadenas, no alcanzaron nunca ni la media del día de sus propias cadenas y en esos momentos concretos de los datos, «Aída», volvía a alcanzar unas cifras excepcionales. También hay que señalar que algún otro programa, como «Malas compañías» de La Sexta demostraba su flojera, su poco gancho, la repetición de asuntos muy mal tratados y que según se deduce de las estadísticas está a punto de desparecer, al igual que llegó. El enfrentamiento entre la actualidad y la realidad. Un buen tema para la selectividad.