JON ANZA, DESAPARECIDO
«Lo enmarco como otra etapa de guerra sucia; antes existía el GAL, ahora será sin firma»
«Igual es duro decirlo», señala casi excusándose, pero Koldo Anza tiene interiorizado que con la desaparición de su hermano, Jon Anza, Euskal Herria se encuentran antre una nueva era de guerra sucia contra el independentismo vasco. Afirma que la movilización popular es un gran revulsivo para la familia y para presionar sobre el caso. Precisamente hoy tendrá lugar en Donostia una manifestación de carácter nacional para exigir respuestas al Gobierno francés y a los partidos vascos.
Gari MUJIKA
La última vez que Koldo Anza visitó la redacción central de GARA fue justamente para acompañar a su hermano, el desaparecido militante de ETA Jon Anza, a las pocas semanas de regresar a Euskal Herria en libertad tras haber permanecido 21 años encarcelado. En esta ocasión, el motivo vuelve a ser su hermano, pero por una realidad diamentralmente opuesta y con unos sentimientos totalmente contrarios a los de aquel 2001. Se muestra absolutamente convencido de que tras la desaparición de su hermano se encuentra la guerra sucia y anima a los ciudadanos a movilizarse para lograr el objetivo de la familia: «Queremos saber dónde y qué ha ocurrido con Jon».
Han pasado casi dos meses desde que desapareció Jon. ¿Cómo lo vive la familia?
Al principio, la desaparición genera en la familia una gran ansiedad. La incertidumbre esa de no saber dónde está, de no saber qué le ha ocurrido, te afecta y merma el ánimo. Pero tenemos que decir que estamos fuertes, y en gran medida es por las muestras de apoyo que estamos recibiendo, tanto la familia como los amigos.
Desde la rueda de prensa en la que se informó de su desaparición han ocurrido cosas. Entonces se dejaron abiertas varias hipótesis, pero desde que ETA emite su comunicado hay una que cobra más fuerza habida cuenta del silencio del resto.
Al principio sí consideramos que la desaparición de Jon ha sido extraña. Y casi todas las hipótesis eran posibles. Actualmente, la familia manejamos una hipótesis: la de un posible secuestro. Es duro decirlo, pero no entiendo la desaparición de Jon si no ha sido por un posible secuestro. Yo, personalmente, lo enmarco como una nueva etapa de la guerra sucia contra la izquierda abertzale.
Según se denunció, cuando Jon Anza salió de la cárcel era acosado por las FSE, porque continuó con su militancia.
Jon se fue de Donostia porque notaba la presión policial y para estar más tranquilo. Por lo que respecta al comunicado de ETA, después de pasar 21 años en la cárcel, a su salida crees que su compromiso va a ser otro, pero después del comunicado de ETA, en el que reconoce su militancia, me vino a la cabeza cuál era su principal objetivo e ilusión. Él siempre decía: la repatriación y la liberación de los prisioneros políticos vascos. Y que lucharía por ello.
El comunicado de ETA ofrece más datos. Por ejemplo, desvela que la Policía ya sabía que Jon Anza era militante de la organización al haber hallado sus huellas. Por consiguiente, cabe suponer que cuando se denuncia el caso ante la Policía francesa ellos ya conocerían ciertas cosas, ¿no?
En ese momento se van desvaneciendo algunas hipótesis, y para mí la que empieza a ser más acertada es la del secuestro. Y lo digo porque las hipótesis tienen que tener base, deben estar estar argumentadas, y a día de hoy el único argumento de que se dispone es la información que da ETA. Por lo tanto, es la tesis más válida. Yo ya no entiendo que haya podido tener un accidente, que haya podido suicidarse u otro montón de historias. Ya no tienen sentido. Ahora ya no.
Cuando acuden a la comisaría de la Policía francesa, ¿cómo reacciona ésta?
Cuando llegamos a este punto yo les dije que para mí la hipótesis con más fuerza era la del posible secuestro. La familia agradece que investiguen todas las hipótesis, pero la tesis más válida es la del secuestro. Y que la clave podría estar en el tren, porque es lo único seguro que sabemos, que subió al tren. De ahí tiene que partir la investigación para saber qué ha pasado.
La fiscal de Baiona informó de que las cintas de los trenes no eran recuperables.
Al final te llegas a creer que puede ser parte de un nuevo episodio de guerra sucia y que, por tanto, igual nunca vamos a poder saber qué le ha pasado realmente. Y lo digo viendo la historia de los últimos años de Eus- kal Herria, con los casos de Pertur, Lasa y Zabala, Naparra... Ha existido la guerra sucia y puede volver a existir.
Los medios de comunicación no han informado apenas sobre esta desaparición...
La valoración que hago con los medios, evidentemente, es negativa. Y más cuando sabes que la presión que pueden ejercer los medios y los partidos políticos pueden llevar a que se tomen la investigación más en serio. Esa presión no ha existido y hay un silencio impuesto. Y creo que ese silencio se da porque hay una estrategia oscura.
Y ahora...
La verdad, no tengo ninguna esperanza de que aparezca con vida. Y de que aparezca el cuerpo tengo mis dudas. Antes existía el GAL, que tenía nombres y apellidos, pero lo que está claro es que si han dado este salto cualitativo ahora será la guerra sucia sin firma.
Hoy habrá una manifestación.
La movilización nos está dando fuerzas para estar bien y, además, vemos que es totalmente necesaria para llegar a cumplir nuestro objetivo. En este caso ese objetivo es bien simple: queremos saber dónde y qué ha ocurrido con Jon.