Los analistas siguen sumidos en la incertidumbre, puesto que la esperada corrección no termina de llegar a las bolsas. Y es que, pese a los altibajos diarios, los inversores no se dejan intimidar ni por esa sospechada caída de las cotizaciones, ni por las noticias negativas que ensombrecen el cuadro macroeconómico. Ayer, por ejemplo, se constató la todavía escasa confianza de los consumidores, puesta de manifiesto con la exigua subida del índice de la Universidad de Michigan en junio, y la debilidad de la actividad industrial en la eurozona, ya que la producción se hundía en tasa interanual un 21,6% en el mes de abril. Además, el precio del petróleo podría representar otro obstáculo para la recuperación si prosigue la acelerada subida de las últimas semanas. En este contexto de titubeo, el Ibex cerró la jornada en los 9.714,40 puntos, después de sumar un testimonial 0,06%. En la semana acumula un avance del 2,05%, en tanto que sube un 5,64% desde el comienzo de año. El resto de plazas europeas leyó otro guión y cerró en rojo. París descontó un 0,26%, Londres, un 0,45%, y Francfort, un 0,74%. Pese a estas bajadas, sus balances anuales son positivos: el CAC 40 sube un 3,36%, el FTSE 100, un 0,18%, y el Dax Xetra, un 5,39%. Dentro del Ibex, destacó el papel de los grandes, con BBVA (+1,03%), Santander (+0,50%), Telefónica (+0,45%) e Iberdrola (+0,25%) en positivo. No obstante, el mejor fue Técnicas Reunidas (+2,56%), al tiempo que Renovables (-2,97%) se vio perjudicada por una bajada de recomendación. En París, Lafarge (+3,28%) y ArcelorMittal (-2,67%) registraron los movimientos porcentuales más opuestos.