Despedida con derrota
Un punto y aparte con más lecciones para aprender que para repetir
El Alavés cerró ayer la última página de uno de los capítulos más negros de su historia. El Albacete, sin hacer nada especial, tuvo el poder durante todo el partido, y un gol fue suficiente para desquiciar a un equipo, el gasteiztarra, que pedía a gritos el final de todo.
ALBACETE 1
ALAVÉS 0
Koldo AKORDARREMENTERIA | GASTEIZ
Un ejercicio de amnesia pactado. Eso es lo que necesita todo el entorno albiazul, desde jugadores y técnicos hasta aficionados, para olvidar cuanto antes uno de los tragos más amargos de la historia de la entidad alavesista, y no repetir todos los errores -que no son pocos- cometidos en un año aciago.
El partido de ayer fue algo así como una prolongación de lo que ha sido toda la temporada. Y es que tras un titubeante inicio, en el que ninguno de los dos contendientes se hacía con el control de la posesión, la dinámica general de la temporada volvió a invadir a los babazorros, y el Albacete acabó zarandeando sin piedad a un equipo, el albiazul, que no ofreció ningún atisbo de alma, confianza, ni siquiera de ganas.
Además, la suerte tampoco ha ofrecido al Alavés su cara más amable durante la temporada, y ayer no iba a ser la excepción. Así, al inicio de la segunda mitad, justo cuando los de Javi López desplegaban su juego más fresco, el babazorro Castellano erró la ocasión más clara que tuvieron los gasteiztarras en todo el encuentro. Ese minuto 52 de partido fue el punto de inflexión del choque. Cuatro minutos más tarde llegaba el jarro de agua helada, con el gol del Albacete, y acto seguido, Llorente veía su segunda tarjeta amarilla, dejando al Alavés en inferioridad numérica, y por supuesto, táctica. El recurso de Llorente por la banda derecha fue el artífice de los mejores minutos del conjunto albiazul, pero con su expulsión se echaron al traste todas las opciones de remontar el ya negativo resultado. A partir de esos dos golpes el partido fue totalmente local, y sólo la mala puntería del equipo manchego evitó que la renta fuese aún mayor.
En la fase final del duelo la impotencia se apoderó de los alavesistas. La incapacidad del Alavés para hilvanar jugadas con cierto sentido obligó a los de Javi López a tirarse a la desesperada. El repertorio ofensivo de los gasteiztarras se limitó a jugadas a balón parado y tímidos tiros desde fuera del área. Un hecho que no hizo más que ahondar en la desesperación entre los jugadores babazorros.
Javi López asumió el mal rendimiento de su equipo con «naturalidad. No
hay demasiadas cosas que contar. Ha sido un partido con poca intensidad
y poco ritmo. Ya llevamos una semana descendidos matemáticamente, y el equipo ha estado un poco soso», dijo.
El hasta ayer técnico del Alavés, que el año que viene entrenará al Recreativo de Huelva, añadió también que «la gente es la que tiene que valorar mi labor. Yo tengo la conciencia tranquila, porque he trabajado al máximo», comentó en su adiós.
De todos modos, parece que la entidad albiazul ya ha elegido al siguiente inquilino del banquillo albiazul. Se trata de Javi Pereira, que esta temporada ha sido casualmente segundo técnico del Albacete, y todo apunta a que firmará por dos años. K.A
