Desconocidos atacaron en la madrugada de ayer un autobús de línea en el barrio de Bidebieta de la capital guipuzcoana, desatando un fuego de grandes magnitudes que, además de calcinar totalmente el vehículo público, dañó de forma considerable nueve coches estacionados.

Según informó por la mañana Interior de Lakua, el ataque se llevó a cabo por un grupo de al menos seis personas en torno a las 1.45, cuando detuvieron el autobús, a la altura de la calle Julio Urquijo del barrio donostiarra de Bidebieta La Paz, e hicieron descender al conductor y a los pasajeros. Después, según la misma fuente, rociaron con gasolina el vehículo y le prendieron fuego. El autobús, añadieron, quedó totalmente calcinado.

Declaraciones de condena

El fuego que se desató, además, ocasionó daños considerables en nueve vehículos particulares que se encontraban estacionados en la citada calle, así como en la marquesina de la parada del autobús de línea atacado. La Ertzaintza, que se ha hecho cargo de la investigación, no ofreció más detalles.

Las declaraciones de repulsa no se hicieron esperar. Así, el consejero de Lakua y secretario general del PSE de Gipuzkoa, Iñaki Arriola, tildó el ataque como «un acto fascista y absurdo» que, a su parecer, pretende «atemorizar a los ciudadanos y someterlos».

Para la presidenta del PP de Gipuzkoa, María José Usandizaba, se trata de «un nuevo acto de fanatismo y fascismo que busca atemorizar y amordazar a los ciudadanos vascos», por lo que instó a «rechazar el terrorismo en todas sus manifestaciones».

Por su parte, el alcalde de Donostia, Odón Elorza, ligó la quema del autobús con la muerte del policía español en Arrigorriaga, expresando su temor de que pueda suponer «un repunte de la actividad terrorista» a la que se debe hacer frente con «confianza y unidad». Elorza realizó estas declaraciones después de que la Junta de Portavoces condenara el sabotaje.

En parecidos términos se expresaron también Aralar, EB y Alkarbide, condenando el ataque y señalando que actos así alejan al país de la paz.