La explosión de un camión-bomba en una localidad de mayoría turcomana chií del norte de Irak, en las proximidades de Kirkuk, causó al menos 67 muertos y 200 heridos, según fuentes policiales y sanitarias.

El atentado se produjo cuando faltan diez días para la retirada de las tropas estadounidenses de llos centros urbanos iraquíes, donde que a partir de entonces la seguridad estará exclusivamente en manos de del Ejército y la Policía del país árabe.

Aún no está claro cómo sucedieron los hechos. Algunos policías apuntaban a un kamikaze al volante de un camión cargado de explosivos, mientras que otros hablaban de un camión aparcado en la zona.

Un alto responsable de la Policía de Kirkuk, que pidió el anonimato, aseguró que se trató de un atentado suicida. «El camión transportaba más de una tonelada de explosivos y su objetivo era la vieja ciudad de Tazet. El ataque lleva el selló de Al-Qaeda», aseguró.

Sin embargo, otro funcionario de Policía de la ciudad petrolífera de Kirkuk, situada a 30 kilómetros al norte del lugar del atentado, el camión estaba aparcado a 400 metros de la mezquita al-Rasul de Tazet. Decenas de pequeñas viviendas de adobe quedaron arrasadas y los equipos de rescate seguían buscando más víctimas o posibles suprevivientes bajo los escombros.

Al término de la oración

«Los asesinos han elegido el momento en el que numerosos feligreses salían de la mezquita al término de la oración del mediodía y regresaban a sus casas. Éstas se han hundido sobre ellos. Es un gran desastre cometido por Al-Qaeda», afirmó a France Presse Majid Ezzat, un consejero provincial que se encontraba cerca del templo.

Lo único claro es que, según confirmó a Efe una fuente del Ministerio iraquí de Interior, el ataque tuvo lugar en un mercado popular cercano a la huseiniya (mezquita chií) de al-Rasul.

Kirkuk, capital de la provincia del mismo nombre y situada a unos 250 kilómetros al norte de Bagdad, es una zona rica en petróleo que se disputan árabes, kurdos y turcomanos.

La jornada de ayer es la que más víctimas mortales ha registrado desde el pasado 23 de abril, cuando tres atentados suicidas mataron a al menos 84 personas, incluidos los 56 peregrinos iraníes que fallecieron cerca de Baqouba.