Musavi mantiene su pulso mientras la Policía intenta frenar las protestas
El ex primer ministro Mir-Hussein Musavi mantuvo ayer su pulso con las autoridades del régimen iraní con la convocatoria de una huelga general que se haría efectiva de inmediato en el caso de que sea detenido. El principal rival del presidente Mahmud Ahmadineyad en las elecciones dijo estar preparado para el «martirio», mientras sus partidarios se enfrentaban a la Policía y a la Guardia Revolucionaria, que trataron de impedir las manifestaciones.
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El líder opositor Mir-Hussein Musavi lanzó ayer una crítica sin precedente contra el guía supremo de Irán, Ali Jamenei, mientras se producían fuertes enfrentamientos entre policías antidisturbios y guardias revolucionarios y los seguidores del ex primer ministro que denunciaban la victoria de Mahmud Ahmadineyad en las pasadas elecciones.
Musavi criticó el discurso de Jamenei del viernes que validó la reelección del presidente Ahmadineyad. Acusó, sin nombrarle, al líder supremo de Irán de amenazar el carácter republicano del país para imponer un nuevo sistema político. Musavi denunció «un proyecto que va más allá de la imposición al pueblo de un Gobierno no querido, la imposición de una nueva vida política en el país».
Desde el pasado 13 de junio, cuando Ahmadineyad le derrotó en las urnas, Musavi desafía las prohibiciones de las autoridades e impulsa protestas en las principales ciudades del país. La celebración de la manifestación convocada para ayer estuvo pendiente de un hilo toda la mañana por los mensajes que aseguraban que los organizadores -la Asociación de Clérigos Combatientes y el propio Musavi- habían decidido suspenderlas y las advertencias de la Policía y las autoridades de que reprimirían las protestas.
Aún así, según testigos, entre dos mil y tres mil personas trataron de llegar al centro de Teherán a pesar del impresionante despliegue de agentes antidisturbios para impedirlo. Se produjeron fuertes enfrentamientos, a raíz de los cuales al menos una persona resultó herida de bala. Algunos testigos hablaron de dos muertos en el transcurso de los incidentes.
Durante un acto político en el sur de la capital, Musavi reafirmó su pulso con el régimen iraní y convocó una huelga general en el país, que se llevaría a cabo en el caso de ser detenido, tras asegurar que está preparado para el «martirio». Insistió en que el supuesto fraude electoral que denuncia «fue planificado meses antes de las elecciones» y reiteró que, «teniendo en cuenta todas las violaciones (...) los comicios deberían ser anuladas y repetidas».
Esa posibilidad ha sido ya rechazada. El Consejo de Guardianes anunció estar dispuesto, «aunque no está obligado legalmente», a recontar al azar el 10% de las urnas del pasado 12 de junio. El resultado final se conocerá el próximo miércoles.
El ex primer ministro Musavi prometió a sus seguidores permanecer su lado y emplazó al régimen a permitir las manifestaciones pacíficas o, de lo contrario, a asumir las «peligrosas consecuencias», aunque matizó que no pretende enfrentarse al Estado islámico.
Al menos dos personas murieron y ocho resultaron heridas ayer en un atentado suicida perpetrado junto al santuario del padre de la revolución islámica iraní, el ayatollah Ruhola Jomeini, en Teherán, según Press TV.
El presidente de EEUU, Barack Obama, instó ayer al Gobierno de Irán a detener «todas las acciones violentas e injustas contra su pueblo». A través de un comunicado, que subió el tono de la reacción de Washington, señaló que «el gobierno de Irán debe entender que el mundo está mirando».
Obama agregó que «los derechos universales de reunión y libertad de expresión deben ser respetados, y EEEUU apoya a todos quienes buscan ejercer estos derechos», por lo menos en lo que respecta a Irán.
También subrayó que el líder de Irán «debe respetar la dignidad de su pueblo y gobernar por consentimiento, no bajo coerción». GARA