Los goles de Agirretxe y Elustondo permitieron remontar un partido en el que jugaron once canteranos menores de 26 años
Un equipo más fiable a domicilio
La Real terminó la temporada con más puntos sumados fuera que en Anoeta y con una segunda vuelta mejor que la del pasado año.
ELCHE C.F.. 1
REAL SOCIEDAD 2
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
La Real se confirmó en el cierre de la temporada como un equipo que ofrece más garantías como visitante que como local. En un dato muy inusual, el conjunto blanquiazul despidió la Liga con más puntos a domicilio (34) que en Anoeta (33) y especialmente reveladora es la cifra de goles marcados fuera (28) por los escasos 20 logrados en su estadio, una cifra realizadora que sólo supera a la del colista Sevilla Atlético, que se quedó en 18.
Unos datos que resumen lo que ha sido la temporada de la Real, que ha perdido el tren del ascenso en la parada del `Topo' de Anoeta. En cualquier caso, no se pueden obviar todos los obstáculos que ha encontrado el equipo a lo largo de toda la temporada en forma de decisiones arbitrales contrarias, problemas institucionales y graves lesiones de jugadores fundamentales.
Pese a que las adversidades han sido constantes, la Real termina la segunda vuelta con un punto más que los logrados el año pasado tras gastar más de cuatro millones en enero. Este año han bastado sólo 300.000 euros para cubrir la baja de Díaz de Zerio con Abreu y... un Imanol Agirretxe que ayer volvió a marcar. Era su noveno gol... y siete han sido fuera de casa.
El usurbildarra abrió el camino de la remontada en el segundo tiempo tras la injusticia que representó que la Real se marchara en desventaja al descanso cuando mereció más que el Elche. Los guipuzcoanos jugaron un partido muy meritorio a pesar de todas las bajas en una demostración de que querían dedicar una victoria a Juanma Lillo en su despedida.
Un triunfo que se hizo de rogar hasta el último minuto, cuando en una jugada de estrategia Borja Viguera empalmó un balón que Caballero impidió que encontrara el premio del gol, pero allí apareció Gorka Elustondo para demostrar que es un jugador que, además de aportar trabajo defensivo y calidad en el pase, tiene olfato goleador. Se lesionó hace nueve meses en un remate que se fue al palo y en su primer partido como titular desde entonces fue capaz de marcar un gol que permite a la Real terminar la temporada en sexta posición.
Al margen de por el buen juego y por el triunfo, el partido de ayer resultó positivo por la cantidad de jóvenes que participaron del éxito. De los catorce jugadores utilizados por Lillo, Gerardo, Moha y Marcos fueron los tres únicos no canteranos que intervinieron y de los once futbolistas de Zubieta Jon Ansotegi, con 26 años, era el más veterano. Y Alain Eizmendi debutó ayer. Y eso que faltaban canteranos importantes para el futuro como Zubikarai, Labaka, Aranburu, Markel, Estrada o Illarramendi... A nada que este equipo tenga el apoyo de la grada, tranquilidad, el respeto de las lesiones y el apoyo de cinco jugadores externos de buen nivel la Real estará en condiciones de mirar al futuro con optimismo.
Para ello será importante que Martín Lasarte aproveche el trabajo de Juanma Lillo y mejore en aquellas facetas, sobre todo en el físico y en la intensidad en su juego, que se han echado de menos en los partidos de Anoeta. El técnico uruguayo vendrá mañana a Donostia y se espera que a la tarde sea presentado.
Los veteranos, en semifinales
El equipo de veteranos de la Real Sociedad perdió por 8-5 contra el del Barcelona en el partido de Copa disputado ayer. Los blanquiazules habían derrotado en cuartos de final al Athletic y no pudieron dar la sorpresa ante el equipo azulgrana, favorito a obtener el título después de conseguir el triunfo en la Liga. Con estos resultados acaba la temporada de la Real a la espera de poder celebrar el ascenso en la campaña del Centenario.
Juanma Lillo declaró en el final de su primera etapa como técnico realista que «el partido ha sido atractivo, con mucho fútbol y dos equipos con afán de combinar. Hemos dominado en el juego pese a jugar de visitantes, ha habido tensión porque no queríamos dejar pasar la posibilidad de llegar a los 67 puntos. Nos hubiera gustado llegar al máximo de 75, pero el año pasado sumamos 68 y, con todas las vicisitudes vividas todo el año, para llegar a 67 puntos hay que remar...».
Para explicar lo atípico que resulta que un equipo sume más puntos fuera que en casa señaló que «es muy difícil. Por muy mal que lo hagas en casa, siempre se sacan más puntos porque no es fácil sacar tantos puntos fuera. En Anoeta no hemos estado todo lo resueltos que quisiéramos, pero las decisiones arbitrales que más peso han tenido se han producido de local, y eso y sacar muchos puntos de visitantes, provoca que se haya registrado algo que no es fácil que se produzca».
Dio a entender que dentro del vestuario se vivieron momentos muy emotivos con un grupo que ha estado muy unido a él. Manifestó que, al terminar su ciclo como entrenador realista, «que la gente se eche a llorar y te diga determinadas cosas dentro de lo ingrato es bonito. No hemos dejado de pelear nunca, el equipo quería ganar. Sentía que entre ellos hablaban con el afán de ofrecerse algo a ellos y a todo el cuerpo técnico y es muy grato. Llevo despidiéndome mucho tiempo, pero como sientes que es el final, hay hechos que me los guardo para mí y que sólo pertenecen a las personas que los han tenido. Me imagino que la llegada a Zubieta con el autobús -hacia las seis de esta madrugada- será el punto final y será muy fuerte».
Se mostró dispuesto a dar a Martín Lasarte toda la información que quiera «pero valoraciones y adjetivos de la gente muy poquitos». Destaca que va a recoger «un equipo con un alma y una capacidad para superar la adversidad inhabitual. Estoy orgullosísimo, no sólo de haber entrenado a la Real, sino de haber entrenado a estos jugadores».
Preguntado por su futuro, señaló que «no me es fácil ir a otro lugar. Si es fuera o en otra división..., pero en la misma me resulta difícil. Es como si te deja tu novia y sigues enamorado. Es difícil encontrar otra novia y que la busques. Es como me siento hoy y llevo unos días así. Pero tendré que tener una profesión racional. Hay que vivir. Mi familia tiene el defecto de que come, mis hijos van al cole y nos cobran en los grandes almacenes. Me reengancharé cuando vea otro proyecto, pero no es lo mismo...».
GARA
